Cuando terminó el partido, Kim H. Koh sacó el móvil y envió un mensaje. El consejero delegado se escribía con un interlocutor. ¿Con quién? Minutos después, y mientras los jugadores pasaban por la ducha con pocas ganas de dar explicaciones por lo ocurrido, Kim koh subía al autobús vip para dirigirse hacia el aeropuerto. Lo hizo con un semblante serio y preocupado.

En la terminal, sentado y mirando al frente, el asiático analizaba lo ocurrido mientras los futbolistas cabizbajos pasaban por su lado sin ganas de hablar. Fue Nuno quien interrumpió su soledad. El técnico se sentó junto al consejero ejecutivo y entablaron una fluida conversación. Nuno se explicaba y Kim escuchaba y replicaba. En el vuelo de regreso, que aterrizó en Manises pasadas las nueve de la noche, reinó el silencio. Solo el portugués Rubén Vezo, con permiso del club, no volvió. Hoy los jugadores disfrutarán del día libre y será mañana, a partir de las diez, cuando se buscará un punto de inflexión en el que asentar la recuperación porque el Valencia necesita una reconversión futbolística para revertir la situación. Superado el tramo más placido del calendario, la competición se complica y el equipo debe recuperar su mejor cara, la que la temporada pasada les llevó a batir sus mejores registros particulares de la Liga para alcanzar la cuarta plaza.

Nuno y sus ayudantes van a analizar cómo han funcionado las rotaciones en este tramo de septiembre, ya que planificaron un plan que si bien a nivel de resultados no ha sido del todo satisfactorio, no será hasta más avanzada la temporada cuando se deben recoger los frutos de este reparto de minutos. Aunque para ello el equipo debe estar en la zona alta, de no ser así será complicado tener argumentos válidos para justificar los cambios.