Que Soso Feghouli siga sacándole brillo a su juego ya no sorprende en la Champions. En la edición actual, el argelino acumula tres goles en cinco partidos, como si no hubiera secretos para él. Su gesto de rabia lo compartió con Joâo Cancelo, un futbolista que va creciendo a pasos agigantados pero que aún tiene que mejorar atrás, para evitar agrietar la zaga. En ataque, nadie le discute. Y tuvo una participación clave en el triunfo. Pero primero llegó el gol de Soso, su cotización tiende al alza en la negociación que se está manteniendo para su renovación, le vale para justificar un poco más el esfuerzo de los ejecutivos actuales. A veces no es una cuestión exclusiva contemplar el salario que va a percibir un futbolista, cuyo rendimiento está comprobado como la prueba del algodón en Mestalla, cuando se sientan con su representante. ¿Qué inversión se debe realizar para incorporar a un futbolista de su perfil? A lo que hay que añadir sus emolumentos. Y ahí la figura de Soso Feghouli sobresale, como hace sobre el césped en un inicio de curso donde se ha fijado como objetivo brillar en la competición de las estrellas, en la que también se presentó Gayà. Su primer gol en la competición que solía escuchar en su infancia mientras volvía de Paterna a Pedreguer, le llevó a celebrar su gol con locura.

Con el 1-0 de Soso, endulzado con un gran repertorio de ocasiones posteriores, no hacía presagiar lo que iba a venir después. A pesar de que el Valencia CF es un equipo donde la juventud está marcada a fuego en la piel, hay mensajes que son constantes en la historia del fútbol. No pierde vigencia con el paso del tiempo. «Quien perdona? lo acaba pagando», decían los aficionados cabreados al descanso mientras le quitaban el envoltorio al bocadillo. Se notaba en sus rostros. La importancia de sumar los tres puntos aún no ha adquirido tintes dramáticos, sólo se ha alcanzado el ecuador de la competición, pero siendo tan corta, anotarse victorias significa dar pasos de gigante. Pronto se vio que el Gent es un equipo muy trabajado tácticamente, con especial mención a las acciones a balón parado, pero su gol llegó tras un despiste en el lado izquierdo que no logró desactivar con una chilena, y Foket, sacó un misil para empatar.

Anímicamente no es fácil acumular llegadas sin tener derecho a disfrutar sobre el césped, al ver cómo no se corresponde en el marcador. El cuadro belga sacó su versión más arisca, con faltas continuas, el equipo de Nuno pagaba también su desgaste, pero en una incorporación de Gayà, llegó la justicia. No fue una acción brillante ni trazada con tiralíneas, quizá se tuvo fortuna, pero esta hay que buscarla. Y Gayà vio la incorporación solitaria de Cancelo, en un kilométrico pase de banda a banda, que prolongó el portugués de nuevo al segundo palo, dando el esférico en el larguero y atraído por Gayà, el «14» tiró con toda su alma y la falta de precisión la aportó un defensa belga, para elevar el 2-1 en el marcador, provocando la locura de Mestalla. Nuno explotó de alegría dando saltos de rabia, era justo, pero parecía que nunca iba a llegar. Entre laterales y la colaboración del larguero se fraguó el 2-1, la brillantez era lo de menos.

Se perdió fiabilidad en el segundo tiempo, pero el Valencia logró ganar, y cuando eso sucede no falta la parada que «suma» puntos de Jaume. Otra vez.