La noticia del Valencia antes del partido llegó de su sorprendente alineación, repleta de centrocampistas. Hasta cuatro mediocentros situó el entrenador del equipo, Nuno, sobre el terreno de juego: Enzo Pérez, Danilo, Parejo y André Gomes. Sin Javi Fuego en el campo, la atención se dirigió a los dos medios más defensivos, Danilo y Enzo, y a los dos centrales. Con tanto futbolista para crearle problemas al Atlético en la salida del balón, y en la creación, pocos esperaban que el conjunto rojiblanco encontrara tantos huecos en el campo contrario. Y tantas facilidades en los goles. El Valencia fue un «amigo» en el trabajo de contención. Todo lo contrario que los inquilinos del Calderón. Godín y Giménez cerraron perfectamente su área.

El Atlético sacó lo peor de los dos centrales, Mustafi y Aderllan Santos, en los dos goles. Especialmente en el primero, donde Jackson Martínez se encontró el balón en la entrada del área tras sendos fallos de los dos defensas. Especialmente llamativo fue el error del central brasileño, impropio de un futbolista de la máxima categoría. También hubo facilidades en el segundo tanto. El eslalon de Carrasco dejó en evidencia a la defensa del Valencia. Desde Cancelo, a quien le «robó» la pelota, hasta los centrales. Otra vez. Se hizo con la pelota a 40 metros de la portería, recortó hacia adentro y se marchó directo en diagonal en busca del chut pese a tener a Griezmann y a Jackson a su lado. En su camino, dejó en el suelo a Danilo, que no destaca precisamente por su velocidad.

El Valencia se entonó defensivamente en la segunda parte, pero tampoco fue para tirar cohetes. Jaume salvó varios remates claros del Atlético, síntoma inequívoco de su ingenuidad.