Peter Lim ya lleva más de un año imponiendo su ley en el Valencia. El Club ha cambiado muchísimo. Sinceramente, su aportación a la entidad no está siendo exactamente lo que nos contaron. Y no será que el hombre no lo intenta. Pero está fallando en lo más sencillo. La dirección se está distanciando cada vez más de la afición. Eso, que parece que no tiene excesiva importancia, se va a convertir en un verdadero problema si no son capaces de poner remedio. Lo más difícil es poner encima de la mesa el dinero y avalar operaciones con su patrimonio. En eso no hay debate, de momento. Ya veremos cómo y de que manera se va a hacer la ampliación de capital.
El Valencia se está quedando sin referentes. Peter Lim está en su mundo financiero y económico. La presidenta Layhoon Chan no vive el día a día y pasa largos periodos de tiempo lejos de la ciudad. Kim Koh es el único que vive en Valencia, pero su presencia en la sociedad no tiene ninguna relevancia. No hay director deportivo, ni portavoz que intente dar un poco de luz. Kempes, medio cabreado, vive en Estados Unidos. El máximo referente en este momento es el entrenador, Nuno Espirito Santo. Y claro, es el foco de todas las críticas. Demasiado sólo, aunque es él mismo el que ha decidido aislarse.
Los aficionados de los pueblos, que son más de la mitad de los socios, ya no reciben la visita del Club, ni de sus jugadores. Ya no hay actos fuera de la ciudad. En cambio, ellos sí acuden a Mestalla todos los partidos. La Fundación, ni está ni se le espera. El Club no está por la labor de abrirse a la sociedad valenciana o todavía no se lo ha planteado. Pues miren, eso es lo más fácil y lo más agradecido. Por cierto, el partido de ayer fue el fiel reflejo de lo que hoy en día es el Valencia. Le falta orden, fuerza, compromiso y competitividad. Y eso que en teoría tiene lo principal, dinero.
