Por si había alguna duda, que si uno pisa la calle no debía haber incerteza alguna, Mestalla escenificó el sábado de facto la realidad del divorcio definitivo entre Mestalla y el entrenador elegido por el propietario para llevar adelante el proyecto.
Meriton tiene un problema, y gordo. El sábado quedó absolutamente certificado que Mestalla no quiere a Nuno, bajo ninguna circunstancia ni concepto. Que Mériton piense cómo va a solucionar este problema con el amigo del dueño (Mendes) porque si no quiere tener una guerra civil montada, en el mejor de los casos, deberá resolver este conflicto a 30 de junio.
Y poco importan los números. El hecho de que el Valencia haya ganado cinco de los últimos siete partidos, o de que sea el único equipo „junto con el Madrid„ que no haya perdido en liga en casa en todo el 2015, no palían las pobres sensaciones.
A Nuno se le ha juntado en su descenso a los infiernos lo extrafutbolístico (todos sabemos lo que ocurrió este verano), con lo futbolístico. Hasta el 1-0 el partido ante el Levante estuvo marcado por la misma indigencia futbolística que el disputado siete días antes en el Calderón. Sólo el nivel de los rivales marcó el desenlace final.
El hartazgo del personal con Nuno y todo lo que supone la figura del portugués habilita cualquier maniobra por derrocarle. Hasta el punto de que Mestalla se ha decidido a encumbrar con cánticos a uno de los fichajes más decepcionantes en relación calidad/precio que uno recuerda en años (algo parecido en las formas a la insistencia de la grada con Tavano en la era Quique).
Y mientras ello sucedía, el héroe que nunca vino a salvar a su equipo sonreía pícaro en el palco y dejaba ver la satisfacción por su victoria personal por encima de la preocupación por el mal momento que debían estar pasando sus compañeros.
Nuno se ha ganado a pulso la animadversión de la afición del club al que entrena. Midió fatal este verano y el tema se le ha ido de las manos. Pese a sus intentos por reconducir su imagen en esta última semana. Pese a que percibí „impresión personal que puede ser errónea„ que por primera vez los cánticos le afectaron porque comienza a percibir la magnitud del problema que tiene delante. Pese a todo ello, Mestalla ha decidido que vale todo con tal de provocar la caída del técnico al que se asocia en la calle con los negocios de Mendes en su club.
Esto tiene difícil vuelta atrás. Pero además de Nuno alguno debería interiorizar que si decides convertirte en una bala en un conflicto, cuando acaban las guerras las balas ya no tienen ningún uso.
