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Off the record

Y van siete

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El pasado miércoles, mientras en Orriols preparaban la rueda de prensa para la presentación en sociedad de Rubi y en Paterna Nuno Espirito Santo buscaba a qué cámara dirigirse para su arenga «privada» a la plantilla, Valencia Basket emprendía el camino de regreso a casa tras conseguir un valioso triunfo en el último segundo ante Ratiopharm Ulm. El partido entre los líderes del grupo C de la Eurocup lo había decidido Guillem Vives con dos triples milagrosos, el segundo sobre la bocina. Así que, por su evidente valor periodístico, durante toda la mañana traté de conseguir una entrevista con el héroe de Alemania para que sonara a mediodía en la radio. Fue así cómo descubrí el plan de viaje que tenía la expedición taronja tras asaltar el Ratiopharm Arena. El despertador sonó en Ulm el miércoles a primera hora. Desayuno rápido y 92 kilómetros de autobús „la altura media de la plantilla es de 1´99 según datos oficiales de ACB„por la autopista A8 hasta el aeropuerto de Stuttgart. Alli, al equipo le esperaba un vuelo regular, nada de chárter, que aterrizaría en Palma de Mallorca a las 14.05. No había demasiado margen para dejarse la pasta en el Duty Free. En 55 minutos había que acceder a la terminal, recoger maletas, comer, cargar con el petate y embarcar en el avión definitivo que llevaría al equipo hasta Manises a primera hora de la tarde. Vives, el enésimo producto de la factoría Penya „que compagina el baloncesto de elite con la carrera de Psicología„, tuvo la deferencia de entrar cinco minutos más tarde al comedor para atender el teléfono y realizar la entrevista con la Cadena Ser. Acostumbrados a las rarezas y caprichos que se les consienten a algunos futbolistas, uno agradece poder trabajar con personas normales a las que el dinero o las medallas de oro no ha convertido en estúpidas.

De vuelta al timing en el viaje de Valencia Basket, la situación no es puntual. De hecho, podría decirse que el plan de regreso desde Ulm entra en la categoría de «cómodo» si lo comparamos con otros desplazamientos realizados a Kazán, Riga o Nóvgorod en temporadas anteriores. Auténticas odiseas que perfectamente pueden durar dos días. Seguro que están hasta el moño de escuchar la dureza en el calendario de los jugadores de fútbol. Para aquellos que disputan la Champions o la Europa League con sus equipos y además viajan a las convocatorias de las selecciones internacionales, jugar 2-3 partidos por semana se convierte en habitual. Valencia Basket debe afrontar la exigencia de 23 encuentros oficiales entre el 11 de octubre „estreno ACB en la pista del Real Madrid„ y el 27 ó 28 de diciembre „último compromiso de 2015 ante Iberostar Tenerife„. Una media de tres partidos semanales con el agravante respecto al fútbol del autobús, los vuelos regulares y muchos entrenamientos que no son precisamente regenerativos. Hablando de entrenamientos, ¿se imaginan a Nuno teniendo que preparar la siguiente batalla Champions ante el Gent „por poner un ejemplo„ en los campos de césped artificial que se encuentran a los pies de las torres de Serranos? Pedro Martínez dirigió las dos sesiones previas al doble enfrentamiento a domicilio contra Estudiantes y Ulm en el pabellón de la Malvarrosa. La Fonteta estaba ocupada durante 48 horas en la preparación del (brutal) concierto que el grupo Hombres G realizó en la ciudad la noche del sábado 24 de octubre. Aceptando que el equipo ocupa una instalación municipal, no sé si es conveniente obligarle a trabajar en un centro que carece de las camillas suficientes para que dos jugadores puedan tratarse con los fisioterapeutas de forma simultánea. Unos fisios, por cierto, o directamente traumatólogos, que el día menos pensado tendrán que enfrentarse a un tobillo o una rodilla maltrecha. Es previsible que ocurra teniendo en cuenta que el parqué de la Font de Sant Lluis sufre desperfectos desde el inicio de la temporada regular. Semanas antes del arranque de la competición, en concreto el 26 de septiembre, tuvo lugar en el pabellón la gala de elección de las cortes de honor de las Falleras Mayores de Valencia. Una cubeta de agua empleada en el acontecimiento fallero se precipitó de forma imprevista y empapó la madera durante horas generando imperfecciones en diferentes puntos de la pista. Las deformaciones en el parqué no han afectado al equipo, que se ha impuesto en los tres partidos oficiales disputados hasta la fecha en La Fonteta.

La columna no encierra ningún tipo de denuncia. Si Nuno puede entrenar en Paterna y no tiene que llevarse el equipo a las torres de Serranos es, obviamente, porque los terrenos son del Valencia y no municipales. Y si Valencia Basket no dispone de un chárter para la Eurocup es porque el presupuesto anual de la entidad no da para el perfil de aviones que sí se contratan cuando el club disputa la Euroliga. Pero no me negarán que, conociendo la intrahistoria de determinados viajes y/o sesiones de preparación, tiene un mérito tremendo que el equipo haya encadenado siete victorias consecutivas en el inicio de la temporada. Hay que decirlo.

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