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El borde del área

El deporte

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Se me hace muy complicado con todo lo que estamos viviendo ponerme a hablarles de fútbol. Bueno, de cualquier tipo de deporte. Sé que esperan una columna de opinión que les hable de deporte, pero nadie es ajeno a quedar petrificado por el terror tras hechos tan tristes como los que se vivieron en Francia el viernes. Y tengo el conflicto interno de pensar que posiblemente hayan acudido ustedes a estas páginas, las del DFS, buscando que les hablemos de fútbol y deporte para evadirse un poco del horror, el miedo y la impotencia que todos hemos experimentado en los últimos días tras los terroríficos hechos acaecidos en París.

Pero llegados casos como este (me ocurrió igual cuando el 11-M) me da por hacerme pequeño y como si desde mirando en un rincón estuviera, me quedo algo petrificado y pienso que aquellos que hablamos de deporte, con no molestar ya hacemos bastante. Porque te preguntas qué sentido tiene ponerte a hablar de goles, de lesiones, de Nuno, de Negredo y de otras muchas cosas. Incluso más allá del sentido „que probablemente lo tiene„ te preguntas si te toca la parte frívola del periodismo en días como este. Lo que ocurre es que viendo lo que han hecho „en concreto„ las teles estos últimos días, te das cuenta que no cabe confundir informar de aspectos lúdicos con tirar de frivolidad para informar de asuntos serios.

No me alivia, pero sí me reconforta no haber participado de algunos «espectáculos» perpetrados catódicamente en las últimas fechas. Y sobre todo porque la normalidad y el no sucumbir al miedo es el único triunfo posible a nuestro alcance como personas anónimas. De cómo derrotar el miedo y quienes lo provocan a otros niveles ya se deben ocupar quienes quedan elegidos por los ciudadanos para tales responsabilidades.

Que los valores que siempre ha transmitido el deporte sean un salvoconducto para penetrar en la sinrazón que provoca el fanatismo. Que las 25.000 personas que se echaron a la calle a correr la maratón sirvan como alegoría de un canto a los valores sanos que implica aceptarse como participante en una competición deportiva. Que actuar con normalidad sirva como respuesta al miedo. Que poco a poco podamos recuperar el deporte para nuestro tiempo de ocio y volvamos a hablar de los debates que el fútbol y cualquier otra modalidad deportiva generan. No sé si esperaban encontrar este texto aquí. Sé que yo hoy no tenía mucho cuerpo para hablar de otra cosa cosa. Disculpen la osadía.

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