«La decisión sobre el futuro de Nuno la toma Peter Lim». Esta reflexión se repitió varias veces en el aeropuerto de San Petersburgo, mientras Kim H. Koh conversaba a solas con el entrenador. Paralelamente tanto los futbolistas como el resto del cuerpo técnico no se separaban de sus teléfonos móviles pendientes del resultado que se estaba produciendo en Lyon, entre el Olympique y el KAA Gent, ya que iban empate a uno, resultado que les mantenía en la segunda posición y por tanto dependiendo de sí mismos para acceder a los octavos de final de la Champions. Pero de repente, cuando ya habían comenzado a subirse algunos futbolistas al avión, llegó el 1-2 a favor de los belgas, y ahí el gesto de Nuno aún se torció más. Fue un palo duro. Muy duro. «El problema va más allá de entrar o no en Champions», fue otra reflexión que se escuchó como excepción a un desplazamiento de vuelta donde los rostros hablaban por sí solos.

La presidenta Layhoon Chan y Kim estaban «muertos». Habían visto una derrota más del Valencia CF, pero era otro golpe duro hacia un proyecto cuyo plan de negocio se sustenta en convivir año tras año en la Champions. ¿Hay que tomar decisiones drásticas? En el vestuario hay futbolistas que creen que sí, otros se limitan a esperar acontecimientos. Y en la zona noble, hay opiniones sobre la necesidad de tener paciencia, pero al final quien dice es el máximo accionista. La preocupación es mucha, ven que el equipo ha entrado en una dinámica de resultados que no se ajusta al potencial de la plantilla. Desde que Meriton adquirió la mayoría accionarial nunca había vivido una crisis como la actual, la temporada pasada se cumplieron los objetivos y en el inicio de curso, hasta el pasado martes, tenían todos los objetivos al alcance de la mano (ahora ya no dependen de sí mismos para estar en octavos de final, como se marcaron al inicio de temporada Nuno y Peter Lim). Nadie va a ratificar al técnico, prefieren optar por la cautela, pero la realidad que perciben es que existe un problema social importante de una difícil solución con la figura del técnico.

Durante las más de cuatro horas de vuelo de regreso desde San Petersburgo a Valencia no hubo ninguna conversación entre Nuno y la presidenta. Nada más aterrizar en Manises, y tras pasar el pertinente control de pasaportes, Nuno y algunos de sus ayudantes se dirigieron directamente al autobús, cuando es una imagen más común esperar a que todo el mundo recoja las maletas, antes de subir al autocar. Allí estaban juntos la presidenta y el Director Ejecutivo, con rostros muy serios, esperando la maleta. No articularon palabra en el viaje, donde descansaron pero seguro que dándole vueltas a una situación muy difícil, ya que ahora el calendario se complica ante rivales con un potencial igual o superior al suyo.

Con independencia de que el Valencia CF puede ganar en el Sánchez Pizjuán, la situación que trasciende del vestuario es que no tienen un rumbo claro. Es cierto que la temporada pasada el equipo dirigido por Nuno sólo perdió ante los grandes el doble duelo frente al FC Barcelona, pero las sensaciones en el curso actual son muy distintas. Y huele mal. La charla que determinó la reacción ante el Celta no se ha visto prolongada con otros resultados positivos, las dudas se han consolidado tras ser incapaz de vencer ante la UD Las Palmas y perder ante el Zenit. Peter Lim está teniendo paciencia con Nuno, seguramente la va a tener más, pero a pesar de que le unen lazos personales más allá de los profesionales, cuando uno pone al frente de una empresa a un amigo y los resultados no llegan? al final, acaba optando por un cambio.

Peter Lim, como máximo accionista del club, es quien debe tomar la decisión, y si no se resurge de inmediato, la continuidad de Nuno peligra seriamente.