Con pocas ganas de cháchara, el equipo retomó ayer por la tarde el trabajo. El calendario obliga a pasar página. Cuanto antes. El domingo, en el Sánchez Pizjuán, espera el Sevilla. Los titulares ante el Zenit, como es habitual en el día después, se ejercitaron en el interior de la Ciudad Deportiva. Para los suplentes y los no convocados, el cuerpo técnico tenía preparada una exigente sesión con la que igualar cargas. Hoy, y porque así estaba previamente planificado, la plantilla disfrutará del día libre. El técnico quiere que los jugadores desconecten y se refresquen sicologicamente. Nuno considera que dos sesiones son suficientes para preparar el partido de Liga contra el Sevilla.

Tras el varapalo recibido en San Petersburgo, la tensión en Paterna era mayúscula. El Valencia ya no depende de sí mismo para disputar los octavos de final y, con ello, lograr uno de los objetivos marcados para esta temporada. En la Liga, el empate contra Las Palmas, ha reabierto la herida y la dudas hacia el entrenador. La crisis de identidad, juego y resultados es evidente.

Los futbolistas, los señalados y principales perjudicados por lo ocurrido, no encontraban ayer excusas para justificar la causa que ha llevado al Valencia a enfangarse en la situación complicada y peligrosa en la que se encuentra. El equipo acumula siete derrotas en diecinueve partidos, cuando el año pasado perdió seis encuentros en cuarenta y dos encuentros

Sobre el campo, ayer por la tarde, sólo se dejaron ver ocho futbolistas del primer equipo (Ryan, Orban, Santos, Barbosa,De Paul, Bakkali y Javi Fuego) y cinco canteranos. Un entrenamiento más, y tras no viajar a San Petersburgo por problemas musculares,Barragán y Piatti se quedaron en el gimnasio. Allí coincidieron con los también lesionados Diego Alves, Rodrigo y Mustafi, así como con Negredo al que ya le han quitado los puntos de la operación de apendicitis a la que se sometió hace díez días.