­La historia reciente del fútbol inglés pudo haber cambiado el domingo 19 de julio de 1992. Aquella tarde, un imberbe Gary Neville (Bury, 1975) brilló con luz propia desde el pitch, con el bate de críquet pegado a las manos. Con apenas 17 años, el hijo mayor del exjugador Neville Neville anotó 110 carreras. Una soberbia actuación, en la que colaboró su compañero de posición, el australiano Matthew Hayden, con la que Gary Neville condujo de manera inesperada a su humilde equipo, el Greenmount Cricket Club, a la final de la Copa del Hamer Bolton League. Había nacido una estrella del críquet inglés.

La prensa local se hizo eco de la proeza de Neville, un adolescente que, además, despuntaba como «aprendiz» de futbolista. Por aquel entonces, Gary compaginaba sus bateos con los exigentes entrenamientos de las categorías inferiores del Manchester United. El fútbol y el críquet pugnaban por hacerse un sitio en su futuro.

Una afición de hermanos

Sin embargo, el camino de Gary en el críquet, un espectáculo de masas en los países de la Commonwealth, se truncó pocas semanas después, el 16 de septiembre. Fue la fecha en la que Gary Neville debutó con la camiseta de los «diablos rojos», en un encuentro ante el Torpedo de Moscú correspondiente a la Copa de la UEFA. El final de sus coqueteos con el críquet profesional, pero el principio de una laureada carrera en el fútbol europeo.

Eso sí, la pasión de Gary Neville por el críquet nunca desapareció. Al igual que la de su hermano Phil. De hecho, ambos llegaron a jugar juntos en aquel equipo del condado de Lancashire, donde, según las crónicas, el joven Phil superó los registros de Gary, convirtiéndose en el capitán de los juveniles.

Pese a todo, el destino quiso que los dos Neville optaran por dedicarse en cuerpo y alma a forjar su propia leyenda con un balón en los pies, vestidos de rojo y con el Teatro de los Sueños como escenario.

Cuando Gary Neville se adentró en el mundo de la televisión como comentarista de la Premier League en Sky Sports, el gusanillo del críquet resurgió con fuerza y se atrevió a analizar los partidos de la selección inglesa junto al exjugador Nasser Hussain como acompañante en la pequeña pantalla.

El pasado 18 de febrero, el excapitán de Inglaterra de críquet, Michael Vaughan, felicitó a Gary Neville „cumplía 40 años„ con un mensaje en la redes sociales en el que bromeaba sobre su pasado como jugador de críquet. El flamante entrenador del Valencia CF respondió a la felicitación con un tuit en el que aseguraba que pensaba en regresar a la cancha. «¡Me siento muy bien! ¡Estoy pensando en volver a jugar a críquet!» escribió Gary. Ahora, el banquillo valencianista tiene preferencia, pero Neville siempre tendrá un hueco para su otra gran pasión, el críquet.