La sinceridad de Gary Neville (Manchester, 40 años) quedó acreditada al preguntarle qué habría pensado él, reputado comentarista de la televisión inglesa, de su fichaje por el Valencia. «Lo cuestionaría. Tendría dudas y sería escéptico», disparó el nuevo entrenador del Valencia, hasta junio de 2016, en alusión a su falta de experiencia en los banquillos, limitada a unos meses de ayudante de Roy Hodgson en la selección inglesa, cargo que compaginará hasta la Eurocopa de Francia. Neville contará con dos ayudantes, su hermano Phil, que ya trabajaba en el club desde junio, y Miguel Ángel Angulo, el técnico del juvenil A recién ascendido para darle un poso de valencianismo al cuerpo técnico.

El diagnóstico de Gary Neville sobre la actual plantilla del Valencia fue el de un grupo «en una crisis de confianza, pero con mucho talento individual y capacidad de trabajo». Es decir, una crítica velada a la falta de calidad colectiva de su antecesor, Nuno Espirito Santo, cuyo fútbol había ido cayendo hasta el ridículo del pasado domingo en el Sánchez Pizjuán. «Todos los jugadores tendrán igualdad de oportunidades. Partimos de cero», agregó Gary, declaración de intenciones que marca distancias respecto a su antecesor, con quien los jugadores representados por el mismo agente, el influyente Jorge Mendes, partían con ventaja.

Neville mostró la firmeza de carácter que le ha caracterizado en su prolífica carrera como jugador del Manchester United. «Tengo que demostrar que estoy preparado. Soy fuerte mentalmente y tengo mucha confianza en mi comprensión del juego».

Ese es su principal aval, un carácter de hierro y una determinación que combatirá los problemas de comunicación. «Ese es mi gran reto: aprender español. Necesito un profesor desde las seis de la mañana», bromeó.

Inquirido por el tipo de juego que practicará su Valencia, Gary Neville no se anduvo con chiquitas. ¿Se parecerá a aquel Manchester United de Sir Alex Ferguson de finales de los noventa? «No voy a insultar al Valencia diciendo que vamos a jugar como el United. Voy a respetar las tradiciones de Mestalla». Era una forma de mostrar máximo respeto a un club, el Valencia, del que dijo que infundía «temor» en los rivales cuando él lo visitó en su época de futbolista. «Quiero recuperar ese ambiente y esa pasión», insistió. «Todos queremos practicar un fútbol atractivo de ataque que guste a los aficionados», añadió, «pero dependerá de cada partido y cada rival, no es lo mismo enfrentarse al Barcelona (el sábado en la Liga, aunque él todavía no se sentará en el banquillo) que al Lyon (el próximo miércoles en la Champions, su estreno)».

Neville no quiso nombrar a sus entrenadores favoritos, pero en varias intervenciones se refirió a Terry Venables, entrenador británico del Barça en los ochenta, como un punto de referencia, así como a Hodgson, su jefe en la selección inglesa, y recordó el éxito en el extranjero de estos técnicos británicos además de Bobby Robson (otro exazulgrana).