«Chicos, suerte ante el Barça y el domingo nos vemos». Así se presentó, y despidió, Gary Neville de los jugadores en el vestuario de la Ciudad Deportiva. El técnico, aterrizó en Manises a las once de la mañana y, sólo veinte minutos después, ya estaba en el que va a ser su nuevo lugar de trabajo. No paró y, a quienes le acompañaban, no dio tregua. «Tiene las ideas muy claras y no se anda con rodeos», afirmaba un trabajador del club.

Gary llegó entusiasmado y con mucha ilusión, el rasgo con el que lo definieron los que con él coincidieron. Tanta prisa tenía por imbuirse del cargo que, al llegar a Manises en el avión privado de Layhoon Chan, cogió un taxi y junto a la presidenta se plantó en Paterna. Vestía unos jeans negros y un suéter básico gris oscuro de manga corta; en la muñeca izquierda lucía un Apple Watch. La primera de las sorpresas, de un largo e intenso día, fue cuando dos sastres de la firma que viste al equipo le tomaron medidas para ajustarle el traje que horas después luciría en su presentación.

En Paterna, recibió al visita del consejero Kim Koh y, tras reunirse con Alexanko y Miguel Angel Angulo, el técnico esperó a que fueran las doce del mediodía para conocer a los jugadores. Aprovechó ese tiempo para recorrer, de nuevo, unas instalaciones que ya conoció en su anterior visita el mes de marzo.

Acompañado de Voro González y su hermano Phil, un traductor fue presentando al técnico a los futbolistas „el único que no estaba era Diego Alves y con él coincidió más tarde„. Sonrisas, saludos de cortesía y pocas palabras. El idioma, de momento, es una barrera. Para algunos. Ryan, Mustafi, Abdennour o Negredo lo dominan perfectamente y otros, como Parejo, lo chapurrea de su época en el Queens Park Rangers. El técnico se comprometió con los jugadores a aprender español «tan rápido» como lo está haciendo su hermano. Cómo no, el ingles salió al terreno de juego. Allí, junto a Layhoon, vio cómo Voro González y Phil Neville entrenaban a los futbolistas que no jugaron contra el Barakaldo.

Se mantuvo, en una sesión realizada a puerta cerrada, en un segundo plano. Para el exjugador del Manchester, la cantera es un pilar fundamental y así se lo hizo saber a los técnicos y al personal que trabaja con el filial y el juvenil. Neville se reunió con todos ellos para explicarles su manera de trabajar. Les vino a decir que se va a dejar la piel en el club durante el tiempo que esté en Valencia. Que a pesar de haber firmado para seis meses, trabajará como si el proyecto fuera para seis años. Ésta, les dijo, es su forma de ver la vida y en Valencia será fiel a ello. También, en un detalle que gustó mucho a los allí reunidos, ensalzó el trabajo que se está realizando en la escuela; una labor que dijo conocer bien porque su sobrino juega en el infantil y su hermano así se lo había trasladado. Su mujer, así lo confesó ayer, se trasladará en dos semanas a Valencia y sus hijas, cuando acaben los exámenes también.

Paralelamente, la Ciudad Deportiva empezaba a desencorsetarse. La normalidad se recuperaba. A Nuno, además de «su» gente, lo temían hasta los propios trabajadores del club. El extécnico desconfiaba de la gente y eso convertía, confiesan ahora, el dia a día en un calvario. Algo que Phil trasladó a Peter Lim.