El Valencia CF jugará la Liga Europa. Toda tristeza. Pura decepción. Y lo hará por deméritos propios. Después de que ayer jugara un mal partido y lograr un peor resultado. La falta de fútbol, muy flojo en la elaboración, y la escasez de ocasiones de gol, resumen la derrota:
Gary Neville premia al equipo y apuesta por la continuidad
La idea de Gary Neville de apostar por la continuidad me pareció plausible. Premiar a los futbolistas que lograron el empate ante el Barça era justo premio al trabajo realizado. Y el entrenador inglés así lo entendió. Son esas leyes no escritas del fútbol. Y que un hombre de la experiencia de Neville las entiende y las aplica. Las únicas novedades en el once fueron la entrada de Cancelo y Mustafi por Vezo y Santos. Lógico y normal.
El técnico recuperó a un lateral al uso como Cancelo, Vezo lo pasó fatal con Neymar ante el Barça porque es un central que tuvo que improvisar su nueva posición, y recuperó a Mustafi que es un fijo en el eje de la defensa para cualquier entrenador. Santos, que no lo hizo mal contra el conjunto azulgrana fue el sacrificado.
Poca posesión de balón y muy plano
El Valencia CF dispuso de muy poca posesión de balón. Su único peligro llegó a balón parado, con los remates de cabeza de Mustafi. El equipo estaba demasiado plano y tenía problemas en la elaboración. Por este motivo se optó por el balón en largo, aéreo, en el que siempre había ventaja de la defensa francesa.
Fue el Lyon el equipo que disfrutó con el balón en los pies, con más posesión y mayor capacidad asociativa. Incluso diría yo que más vertical. Y hasta se llevó el partido con una acción final de contragolpe. Ayer, en resumidas cuentas, el Lyon fue mejor.
Negredo vuelve a jugar pero tampoco soluciona el atasco
Negredo entró en la segunda parte, tras mucho tiempo alejado de los terrenos de juego, y fue la baza de Neville para buscar mayor pegada y mayor mordiente ofensiva. Fue un cambio táctico y de sistema, el equipo jugó con dos puntas, porque el resultado no era nada favorable. Era la tabla de salvación del equipo. El delantero demostró que es complementario con Alcácer cuando el Valencia necesite del concurso de ambos. pero no solucionó el problema. El atasco fue monumental.
En el segundo tiempo, el bagaje fue muy pobre. Demasiado escaso. Tan sólo un disparo desde fuera del área de Parejo, y un remate de cabeza de Abdennour, fue lo único salvable. Ni los centros de Gayá ni los de Cancelo tuvieron rematador. Y, así, es imposible ganar un partido. Y más en la Liga de Campeones.
