Querer no es poder. Los jugadores del Valencia lo saben bien. Ante el Lyon, el equipo acusó el titánico esfuerzo realizado ante el Barcelona pero también la acumulación de partidos. La plantilla, hasta el miércoles cuando cayó eliminada de la Liga de Campeones, ha venido compitiendo en cuatro torneos con el desgaste que ello implica. Una debilidad en la que también han influido las constante lesiones, las bajas por jugadores marginados, y el esfuerzo que ello supone para el compañero que, disponible, sigue jugando. Dosificar a los jugadores, esta campaña, está siendo prácticamente imposible.

Hace un año, con una plantilla similar, sólo se disputaron dos competiciones y eso permitía al grupo estar más fresco y poder preparar mucho mejor los partidos. Semanalmente, el equipo disfrutaba de día y medio o dos días de descanso, algo que ahora no ocurre porque la vorágine de la competición no lo permite.

Nuno planificó la pretemporada con el objetivo de que el grupo llegara a su mejor nivel a la previa de la Liga de Campeones „doble enfrentamiento con el Mónaco en el mes de agosto„ y a ello enfocó la preparación. Desde el primer día tras la vuelta de vacaciones, los jugadores siguieron un plan físico específico para tratar de superar al Mónaco. Lo consiguieron.

Antonio Dias, preparador físico dentro del cuerpo técnico de Nuno, fue el encargado de guiar a los futbolistas. «Se juega como se entrena», repetía Dias una y otra vez. En los métodos del luso adquirían un gran protagonismo los aparatos. Las sesiones de «core (con lo que se busca estabilizar la columna, la pelvis y las cadenas durante determinados movimientos funcionales)», y «TRX (método de fortalecimiento en suspensión que se aprovecha del propio peso corporal para conseguir ejercitar de forma completa la musculatura)», para buscar reforzar la parte abdominal y el tronco, eran habituales, así como el ejercitarse en el gimnasio para fortalecer los músculos del tren inferior del cuerpo del jugador. Los futbolistas „en privado„ reconocían acabar las sesiones muy cansados porque la exigencia era máxima.

En los días que Jordi Sorlí, exrecuperador, ha tomado el mando de la preparación física en sustitución de Dias tras la marcha de Nuno este método se ha aparcado. Con Sorlí, el balón está presente desde el primer minuto del entrenamiento y, muchos jugadores, elogian la forma de trabajar de un preparador al que todos conocen bien porque, cuando estaban lesionados, era con quien se ejercitaban.

Los jugadores, y así lo reconocieron tras el partido del miércoles, están fatigados. «La cabeza piensa una cosa pero las piernas, a veces, no responden como esperas. Dos o tres segundos pueden ser claves», lanzaba ayer un futbolista que, como el resto de compañeros, disfrutó de día libre. Hoy, y con el chip de la Liga, se empezará a preparar el partido del domingo contra el Eibar. Otra prueba.