La segunda Junta General de Accionistas de la era Peter Lim le sirvió a la presidenta del Valencia, Layhoon Chan, para pulir detalles sobre el proyecto que Meriton cuece a fuego lento desde su aterrizaje en Mestalla el pasado año. Un plan a largo plazo en el que la construcción del nuevo Mestalla y la inversión en la Academia de futbolistas tienen una importancia capital. También, cómo no, la capitalización de 100 millones de euros que le dará músculo financiero a la entidad y que se pondrá presumiblemente en marcha en febrero de 2016. Un dinero necesario para asegurar la solidez económica del Valencia ante lo que está por venir : un incremento de los sueldos de los futbolistas para el que nadie está preparado. El Valencia está en ello, dijo la presidenta.

Para disgusto de los hosteleros que en su día invirtieron en locales junto al recinto de Benicalap, el Valencia no adelantó ayer fechas sobre la vuelta de las máquinas al esqueleto de hormigón de la Avenida de las Cortes, cuyas obras se paralizaron en febrero de 2009 por falta de financiación. Pero lanzó un mensaje de cierta tranquilidad. El club trabaja con Mark Fenwick, arquitecto del proyecto original, en el rediseño del nuevo Mestalla. No es nuevo que Meriton estudie la forma de modelar la instalación para verticalizar las gradas y acercar el campo de fútbol a los espectadores. Un recinto que mantenga el efecto de olla a presión del actual Mestalla. Lo que nadie ha aclarado es en qué medida es posible la remodelación de la estructura. ¿Tirarlo todo para volver a construir? A esa cuestión nadie ha respondido con claridad. Meriton prevé acabarlo en 2019, aunque ayer abrió la puerta a que sea en 2020.

De momento, Layhoon recordó ayer la inversión ya realizada de 130 millones de euros en el nuevo Mestalla. La presidenta aprovechó para lanzar un dardo a «la herencia envenenada» que dejó Juan Soler. «Me quedé perpleja al ver que se había pagado ese dinero sin tener la propiedad del terreno», dijo. Y aclaró que el club recibió, en marzo pasado, la escritura del suelo. Terminar el nuevo estadio y ponerlo en funcionamiento es una de las promesas que realizó Peter Lim a su llegada al Valencia. «Hemos de ser pacientes antes de empezar la fase de construcción. Hemos de hacerlo bien porque será nuestra nueva casa por otros 100 años. La planificación es crucial. Cuando estemos preparados os presentaremos un plan y un concepto renovados», dijo la presidenta. «No será una trabajo fácil, porque estamos limitados por su diseño y estructura, con el que ahora perderíamos el ambiente que vivimos en el viejo Mestalla», añadió.

El Valencia prepara, mientras, un reajuste económico ante las subidas salariales de los jugadores que se avecinan con los nuevos contratos de televisión. «Se dispararán como cohetes», explicó Layhoon, quien aclaró que la solución es consolidar la inversión en la escuela de Paterna, más allá de la ampliación de capital de 100 millones con los que el Valencia pasa a ser el segundo club con más poder patrimonial, «sólo por detrás del Real Madrid».

Ante las insistentes críticas por la influencia del representante Jorge Mendes en la planificación del club, Layhoon Chan recordó que el nuevo entrenador, Gary Neville, no es del círculo del portugués. Y pidió, también, paciencia oriental para el técnico inglés. «Demostrará su capacidad de liderazgo. Es un buen estratega», dijo.

La TV compensa pérdidas

De momento, el Valencia presentó ayer un presupuesto de 116 millones de euros para esta temporada, un balance que incluye unos ingresos de 40,5 millones por la participación en la Liga de Campeones. La eliminación en la fase de grupos supone una merma de 7 millones, que el club compensará con la entrada de más dinero por el nuevo contrato de televisión (pasa de 48 a 62).

El club estima un superávit de 6 millones, después de haber cerrado el ejercicio 2014-15 con unas pérdidas de 1,7 millones de euros.