«Es una persona que quiere agradar», explican quienes trabajan con ella a diario. Y así resultó en esta charla con la presidenta del Valencia, Layhoon Chan, ayer por la mañana en su visita a la redacción del periódico Levante EMV. Chan se expresa en un inglés claro y conciso, sin retórica, y pensando el peso de cada palabra. Da la sensación de que, tras los primeros 12 meses al frente del club, Layhoon cree haber aprendido la distancia que separa el fútbol de sus otras empresas. Son otros códigos y la presidenta pide tiempo para consolidar su proyecto.

El día de la asamblea de accionistas, el pasado viernes, usted llevaba un vestido blanquinegro, los colores del Valencia. ¿Fue a propósito?

Quería algo formal porque era una asamblea general. La respuesta es sí y no. No lo planeé conscientemente, pero cuando lo mencionó un accionista me alegró, porque es parte de mí.

¿Cuánto tiempo le llevó preparar el discurso de esa junta?

Llevaba meses pensando el discurso, pero han pasado tantas cosas en las últimas semanas y mis pensamientos fueron cambiando cada día. Mi discurso final fue escrito el miércoles por la noche. Lo acabé en los últimos días.

¿Por qué el máximo accionista, Peter Lim, no habla a los aficionados?

No es que no quiera hablar con los fans, sino que simplemente es una persona privada. Si va a Internet y lo comprueba no verá entrevistas con él, raramente habla con los medios. La última vez que habló con un medio fue hace 10 años. Está muy comprometido activamente con nuestas empresas, con los socios y los accionistas. Me da a mí sus ideas y consejos sobre la estrategia y la dirección de las mismas. Pero es muy tímido con los medios.

¿Qué grado de independencia tiene usted?,¿puede tomar sus propias decisiones?, ¿debe hablar con él primero?, ¿podría usted echar a un entrenador?

Él participa en las decisiones deportivas; todo lo demás en el club tomo yo las decisiones independientemente. Él confía en mí. En la parte de los negocios, normalmente no consulto con él. Él sabe más de fútbol que yo, le interesa y participa.

En este año y medio dirigiendo el club, ¿cuál ha sido el mejor momento y cuál el peor?

Hablemos del peor momento. Las últimas semanas fueron de mucha dificultad. Porque no progresábamos en el campo de juego como queríamos y, por otro lado, vimos la reacción de los fans. Fue difícil para mí porque yo necesito equilibrar entre cómo se sienten los aficionados y lo que nosotros queremos lograr y ajustar en el área deportiva. Siempre escuchamos a los aficionados, pero también vimos cuáles eran las decisiones independientemente de la presión popular. Cuando diriges un club no debes hacerlo según la presión popular. Sino por lo que es bueno a medio plazo para el club. ¿Y el mejor momento? Hay muchos buenos momentos. La primera vez que Peter vino a Mestalla, el calor y la gran bienvenida...

¿No fue una bienvenida exagerada?

Todos nuestros amigos en Singapur no podían creérselo. Al verlo por televisión, me dijeron si yo había pagado a los fans para darnos esa bienvenida (risas). Me sorprendió mucho, pero fue una sorpresa muy agradable. Hay muchos pequeños gestos o conversaciones con fans o nuestro staff o diferentes grupos de gente en la ciudad que nos ha dado buenos momentos.

En la asamblea reconoció haber cometido errores, ¿podría explicar alguno?

¿Errores de quién? ¿Del club?

Sí.

En las últimas semanas me he estado preguntando por qué nuestros aficionados están reaccionando de esta manera, y por qué los medios de comunicación están reaccionando de esta manera. Podría no tener todas las respuestas, pero debemos alcanzar paz y estabilidad. En los últimos 10 o 15 años hemos tenido tantas peleas y desacuerdos, tantos torbellinos, que no es bueno para el club. No estoy atacando a ninguno de los anteriores accionistas o dirigentes, pero debemos olvidar el pasado. Debemos estar frescos, iniciar un nuevo camino e ir hacia adelante. Aprender de lo que hemos hecho mal para no repetirlo.

Por ejemplo, ¿le dio usted demasido poder al representante Jorge Mendes?

Estoy en desacuerdo en que le dimos demasiado poder. Es un amigo y le hemos pedido consejo. Al final nosotros dirigimos el club y tomamos las decisiones. Le doy un ejemplo: si usted invierte 100 millones comprando un club y tiene a su amigo que conoce muy bien el mundo del fútbol, sería muy natural para usted preguntarle qué piensa sobre estos jugadores, sobre su calidad. Si es un amigo es un amigo, y es muy natural preguntarle. Lo importante es que, a medida que vamos progresando y pasando más y más tiempo en el club, conocemos mucho más a las personas, a muchos agentes, y con el tiempo tienes a más gente a la que ir a preguntar. Él no es exclusivo.

Pero la realidad es que él tiene a 10 jugadores representados en la plantilla. ¿Cree que eso es saludable para el ambiente en el grupo?

¿Tiene a 10 jugadores? Muchos jugadores que se le atribuyen no son suyos. Abdennour no es suyo. Ryan no es suyo. Al final, cuando decidimos comprar un jugador es porque pensamos que tiene el potencial y no porque pertenezcan a uno u otro agente. Puede que, como usted dice, hayamos empezado con algunos jugadores más de un solo agente, pero con el tiempo esto debería cambiar.

Hay otra figura importante, el exdirector deportivo Rufete. ¿Estaba usted satisfecha con su trabajo en la cantera y en los fichajes? Si así era, ¿por qué no hizo más por evitar que se fuera?

Traté de convencerlo para que se quedara, pero era su decisión. No era algo que yo deseara, pero él pensó que era mejor marcharse y tuve que respetar su decisión. Sí, estaba satisfecha, aunque tuvimos poca relación porque entonces estaba Amadeo (Salvo, de presidente). Era más el contacto de Amadeo con él. Mi impresión de Rufete era buena, aunque tuvimos algunos problemas con el idioma (Rufete no habla inglés).

La gente de la escuela del Valencia valora mucho el trabajo de Rufete. Fue clave, por ejemplo, para evitar la marcha de los chavales Fran Villalba o de Ferran Torres, dos joyas de la cantera, a otros clubes más grandes, el Barça o el Real Madrid. Insisto: ¿hicieron lo suficiente por evitar la marcha de Rufete?

A veces es como la vida, algunas cosas pasan y debemos aceptarlas e ir adelante y a ver qué pasa. El director deportivo es un asunto muy mencionado y y es, por tanto, un área que voy a mirar a fondo. Vamos a continuar incorporando a nueva gente que pueda ayudarnos.

Hay muchos candidatos a ser director deportivo del Valencia...

Sí. Para un director deportivo, la experiencia es importante, por supuesto, pero también la personalidad y el carácter.

¿Qué perfil está buscando?

Si dos personas vienen con el mismo currículo, la personalidad marca la diferencia. Es como cuando eliges un «staff». No es lo más importante su aspecto, si es gordo o flaco, sino que necesitas hablar con las personas.

¿Se ha puesto un plazo para designar al nuevo director deportivo?

No, no nos hemos dado ningún plazo. Lo más importante es elegir a la persona adecuada para que pueda ayudarnos, que sea un jugador de equipo para que pueda relacionarse con los otros jefes del club; con el entrenador, con nosotros... Y tampoco puedo negar que el idioma es relevante. Hablar un poco de inglés puede ayudar a relacionarse con nosotros.

Hablemos del estadio nuevo porque parece una obra imposible de acabar.

Pero ¿por qué imposible? Me cuesta comprender porqué la gente no entiende cómo queremos terminar el nuevo estadio.

Algunos preferiríamos que el nuevo estadio se hubiera construido donde está el viejo.

Usted no es el único que piensa esto. Mucha gente me dice que no quiere moverse del viejo Mestalla. Tenemos que ser muy prudentes y pensarlo muy cuidadosamente, porque hay muchos aspectos. Uno de ellos es la estructura; otro es el aforo porque el estadio es más grande, pero ¿queremos que el estadio esté siempre lleno o semivacío? Hay mucha diferencia para el equipo que juega. Sería muy irresponsable por mi parte aceptar todo el plan del arquitecto. Sería un desastre. El viejo estadio es perfecto en cuanto a ambiente; el nuevo sería un desastre por la estructura. Pero el viejo estadio es demasiado viejo y no hay terreno para convertirlo en moderno. Hace poco, hablando con los dirigentes del Barça, me contaron que ellos no quieren moverse de su estadio porque tiene muy buen ambiente y por eso van a renovarlo. Nosotros debemos trasladarnos para tener un estadio moderno (hay previsto construir un hotel). Aunque nuestro problema es la estructura. Debemos pensar con tiempo el proyecto antes de ejecutarlo. Cuando sabes el plan, la construcción es muy fácil.

¿Es posible rediseñar todo el proyecto sin derruir la estructura actual del nuevo estadio?

Le hemos pedido al arquitecto (Mark Fenwick) que nos dé todas las ideas para poder tener los asientos de las gradas más cerca del campo.

¿Qué pasará si Lim se aburre o se cansa del club?

¿Por qué debería cansarse o aburrirse? Solo llevamos 12 meses. Tenemos en nuestra cartera de inversiones compañías con más de 50 años en las que hemos invertido durante más de 20 años. Tenemos un hospital en Singapur que tiene una historia de más de 35 años y es nuestro desde hace cuatro o cinco. No vamos a abandonar un proyecto después de 12 meses. No. Estaremos aquí durante un larga etapa. Cuando consigamos la estabilidad, vendrá la satisfacción. Mucha gente dicen que nos iremos a Singapur, pero lo siento, voy a estar aquí un buen tiempo. No me rindo ni dejo las cosas así. Peter no se rendirá a no ser que yo me rinda primero.

¿Es testaruda?

No, pero no soy de los que abandonan porque cuando decidí venir aquí estaba mentalmente preparada. Mi primera reunión con Bankia (principal acreedor del Valencia) fue el 10 de diciembre de 2013. Han pasado dos años hablando de este proyecto.

¿Cuántas compañías dirige al mismo tiempo?

Muchas. Tenemos, por ejemplo, una imprenta en la que hemos invertido desde hace más de 20 años. Imprimimos talones para otros bancos. Al final, si puedo dirigir bien una empresa es porque tengo buena gente. Al principio, cuando vamos a una nueva compañía a invertir, es un trabajo muy duro y con mucho dolor. Pero cuando tienes a la gente correcta en los sitios adecuados, ya solo necesitas supervisar.