Mestalla encajó otro empate en casa, que aleja al Valencia de su hábitat natural europeo, con un humor distinto al de otros tropiezos como local en esta temporada. En el 2-2 contra el Getafe los aficionados apreciaron los primeros signos de reacción del Valencia, los primeros brotes verdes sobre los que debe girar el acelerado proyecto de Gary Neville. Unas sensaciones optimistas personificadas en la liberación atacante de Joao Cancelo, la primera gran apuesta del técnico inglés desde su llegada al Valencia.

En el primer ensayo en Eibar, la posición de Cancelo como extremo no fraguó, condicionada por las particularidades propias de un desplazamiento como el de Ipurua. Ante el Getafe, en cambio, el protagonismo del jugador portugués, de 21 años, fue absoluto. Con libertad de movimientos, Cancelo imprimió al ataque del Valencia una dosis de electricidad e imprevisibilidad desconocidas hasta la fecha en esta temporada. Su rendimiento no bajó ni cuando, por la lesión de Gayà, tuvo que ubicarse en el lateral izquierdo, donde participó también en el segundo tanto tras haber asistido a Alcácer en el primero.

La mayor fluidez atacante, lastrada todavía por las imprecisiones defensivas, es la gran novedad del Valencia, que llega a posiciones de remate con más jugadores y redescubriendo los extremos, una de las consignas de Neville. Ante el Getafe chutaron a portería hasta siete jugadores: los goleadores Santi Mina y Alcácer, así como Danilo, Cancelo, Parejo, Negredo y André Gomes.

Alcácer vuelve a la senda

Otra de las noticias agradables fue el gol de Paco Alcácer, que con más opciones de pase desde las bandas ha recuperado la inspiración para encontrar el remate furtivo, con desmarque al primer palo y definición de primeras, que tanto le caracteriza. Más arropado, el torrentino participó también en el segundo tanto al asistir a Santi Mina. Gary Neville se mostró asombrado con la inteligencia táctica demostrada por Alcácer en sus movimientos, más propios de un veterano. Entre los futbolistas emergentes aparecen otros dos ejemplos cuya adaptación estaba siendo muy lenta, señalada quizás por las elevadas expectativas. Santi Mina marcó su tercer gol en las últimas dos semanas (tras los tantos a Barça y Barakaldo), y en Danilo se aprecian las hechuras de un jugador de fuste, que ha caído bien a Mestalla.

El timón de Parejo y Gomes

Además de la coordinación defensiva, la mejoría futura del Valencia pasa por que Dani Parejo acabe de coger el timón del equipo desde la posición de 5 por delante de la defensa y que André Gomes, con mayor ritmo de competición, vuelva a ser el jugador desequilibrante en tres cuartos de cancha. De la confianza de Neville debería salir en los próximos meses una versión mejorada de Negredo, que todavía debe pulirse físicamente.