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Entrevista

Palop: "Me he sentido un extraño en Mestalla"

Hijo de agricultores de la Ribera, Palop disfrutó de una carrera fantástica como jugador gracias a una pasión desbordante por el fútbol que ahora quiere trasladar a los banquillos

Palop: "Me he sentido un extraño en Mestalla"

Es raro encontrar en el mundo del fútbol a alguien que hable con tanta sinceridad antes, durante y después de apagarse la grabadora. Andrés Palop (L´Alcúdia, 42 años) ha decidido empezar a entrenar desde abajo, al Alcoyano en Segunda B, como ya hiciera en su trayectoria como jugador. A fuego lento, Palop transmite la misma fuerza desde el banquillo que expresó tantos años bajo los palos, donde pasó dos años en el Villarreal, seis en el Valencia, ocho en el Sevilla y uno final en el Bayer Leverkusen. Nada menos.

Palop y el Alcoyano, ¿eso es moral al cuadrado?

Posiblemente. La moral del Alcoyano es histórica y la mía es muy grande para darle continuidad al fútbol en otras parcelas en las que venía formándome. Es una muy buena oportunidad para experimentar y para aportar experiencia.

¿Cómo se define como entrenador?

Si me has conocido como jugador puedes interpretar cómo soy como entrenador: competitivo, con miras a que todos los jugadores se sientan importantes, me gusta un fútbol de transiciones rápidas, intenso, de entradas por banda, de centros y remate, no tanto de elaborar ni de toque. Transiciones más rápidas de lo normal para enganchar, pero amoldándome a la historia de un club como el Alcoyano: un equipo que se deja la piel.

¿Conserva esa energía que transmitía como jugador?

Sí, soy incansable, agotador, sobre todo porque tienes que transmitir esa energía a los jugadores. Porque si no la transmites, los jugadores se pueden contagiar de cierta apatía. La mantengo porque me apasiona este deporte y porque debo demostrar mis virtudes y una de ellas es esta, transmitir esa vitalidad.

¿Y cómo dirige desde la banda?

Con mucha comunicación con los jugadores. No soy de estar callado. Me mantiene viviendo el partido los 90 minutos. Siempre estoy expresándome con la mirada, con los gestos. He hecho la otra prueba: callarme en los entrenamientos, pero me he dado cuenta de que ellos necesitan un aliento porque si no les doy, el nivel baja.

Usted es muy activo en las redes sociales...

Se trata de informar a los aficionados, alcoyanistas, valencianistas y sevillistas, de cómo estás, y también de recibir su calor.

¿Cómo entrena?

Desde que estoy en el Alcoyano habremos repetido tres o cuatro tareas, entrenando cada día. Es obligado no caer en la monotonía. Les ponemos tareas a los jugadores para que tengan que pensar y decidir rápido. Lo que entrenan, lo ven después en los partidos.

¿Algún entrenador de referencia?

Rafa Benítez nos ha marcado mucho. Partiendo de la consistencia defensiva, nos transmitió la manera de gestionar una plantilla y de tenernos a todos enchufados porque no sabíamos nunca si íbamos a jugar o no. Fue un punto de inflexión para todos los que quisimos ser entrenadores.

Angulo, Mista, Baraja... Hay una nueva generación de entrenadores bajo el influjo de los éxitos de Benítez en el Valencia.

Somos muchos. Nos trasmitió cosas muy positivas.

¿Qué le está pasando a Benítez en el Real Madrid?

Hay jugadores en ese club con mucho poder y eso es difícil para el entrenador. Es una institución muy poderosa y a veces, por ejemplo, la decisión de quitar a Casemiro y poner a gente más ofensiva... (en la última derrota ante el Barcelona), a lo mejor Benítez optó por lo popular y eso al final lo acabó pagando. Él tiene una personalidad y, por mucho que el Madrid sea el club de su vida, tiene que ir a morir con ella.

¿Cuáles son las presiones que soporta un entrenador?

Si hay 24 horas en el día, yo estaré 16 buscando soluciones para el equipo. Mi mujer y mis hijos me lo dicen, es que no dejo de pensar en el fútbol. Y en un club con pocas herramientas como el mío, debemos estar encima de todo. La presión más grande es que no conectes. Si tú vas por un camino y el club va dando bandazos, no es fácil de aguantar. Eso le está pasando a Benítez.

¿Sufre igual las derrotas ahora que cuando jugaba?

Las sufría más de jugador. Me afectaban más. Ahora me afectan pero tengo que desconectar rápidamente para afrontar el siguiente reto. Los jugadores no deben ver que estoy bajo. Sino demostrar un mensaje positivo para sacarlos de la derrota. De jugador ni salía a comer ni salía de casa. La derrota al final es un resultado.

¿El haber sido portero condiciona su trabajo de entrenador?

El portero tiene otras sensaciones distintas al resto. Nosotros somos muy observadores, vivimos en todo momento el partido. Si desconecta el portero, está muerto. El portero sabe qué te puede hacer el delantero, qué puede pensar el centrocampista para filtrar el pase o qué siente el defensa. Estás tan pendiente que al final conoces todos los perfiles del jugador.

No hay grandes entrenadores que hayan sido porteros.

La verdad es que no, pero sí hay. Hemos tenido aquí uno hace poco (Nuno). Pero el porcentaje de porteros es mucho menor. Abel ha entrenado a muchos equipos y Molina se está abriendo camino, César se ha sacado el carnet conmigo..., pero hay 22 jugadores y solo dos porteros.

¿Qué piensa de Jaume Doménech?

Es chulo que haya salido un portero de la cantera en situación parecida a la mía y que haya dicho que me tiene de referencia. El portero lo tenemos que valorar en su segundo año. El primero es muy motivante, es brutal la oportunidad única, tanto Jaume como yo nos comemos el mundo. Después viene la oportunidad. Me lo decía Otxotorena (preparador de porteros del Valencia): «Llegar a casa de un amigo a dormir está muy bien, lo importante es quedarse a vivir». Hasta ahora, Jaume ha estado perfecto: está aportando valentía, cantera, valencianía, carácter, algo que le está faltando al Valencia.

Otxotorena siempre da frutos...

Y en la selección también, él está detrás. Es un valor incalculable para el Valencia. En el tema psicológico es muy bueno porque se ha visto en todas las situaciones, tanto a los titulares como a los suplentes los ayuda mucho.

¿Le ha sorprendido el fichaje de Gary Neville?

Sí, me ha sorprendido porque el Valencia tiene una necesidad de estar en Champions y traes un entrenador con un hándicap: el idioma, poder comunicar al jugador lo que tú sientes. Y el aficionado también lo necesita. Para mí el alemán (cuando estuvo en el Bayer Leverkusen) fue un problema, se te escapan muchas cosas, el traductor no es lo mismo. Me gustó que saliera Angulo a dar una rueda de prensa, una institución en el Valencia, dando unas pautas. Tengo un segundo entrenador, David Bellver, que ha estado toda la vida en Inglaterra, en la academia del Arsenal, y me habla maravillas de Gary, es lo que era como jugador, tío involucrado, honrado y que analiza muy bien a los jugadores y a los equipos. Pero, claro, luego eso debe transmitirlo en el campo.

Y el club, ¿cómo lo ve como institución? ¿Tiene alguna vinculación?

No, ninguna. Nos sentimos un poco desconectados. Sinceramente, y separando etapas, la mía aquí y la sevillista allá, ahora vivo en Valencia y, de corazón, he ido a Mestalla y me he sentido un extraño. El año pasado tenía el pase, pero este año no me lo he sacado porque, siendo valencianista, no me siento identificado. No he tenido ilusión. Coincidí con gente del club y no me he sentido identificado. Me alegraré siempre de sus triunfos, pero lo seguiré desde la distancia.

¿Dónde juegan sus hijos?

Jorge, de 16 años, es portero del Infantil B del San José, una escuela muy chula que tiene un campo en Beniferri, y Alejandro, de 12, está en la Patacona, que es filial del Levante. El pequeño es sevillista a muerte porque fue allí con un año. Va al colegio y es el único. Jorge está más mezclado, le tira el Valencia porque vivió los títulos de aquí.

¿Es bueno que un equipo tenga 10 jugadores de un mismo agente?

En todos los equipos pasa. En mi época del Valencia también entró un representante con mucha fuerza. No es bueno porque el representante coge demasiado poder. Al final sale mal. El fútbol tiene que abrirse y no cerrarse a una sola persona.

¿Cómo ve la ausencia de director deportivo en el Valencia?

Perjudicial. Es un enlace entre el entrenador y la plantilla. El modelo inglés aquí no funciona, cada país tiene una cultura. El director deportivo tiene una visión que debe prevalecer. Si llegan malos resultados, hay un vacío que no es bueno. Hay momentos en que el director deportivo debe pedir explicaciones a un entrenador y no esperar a hablar con un señor de Singapur (en alusión a Peter Lim).

¿Entendió la marcha de Rufete?

No. Hizo un gran trabajo. Estructuró la escuela, dándole una dirección, ahí están los resultados, campeón de Brunete cuando no se había conseguido nunca, y no es casualidad. Es una persona inquieta, tiene una dirección y va hasta el final. Era la persona ideal. Los fichajes fueron muy buenos. Cuando nadie conocía a Mustafi, a Otamendi... En alguno puede haber fallado, pero Monchi, que es el mejor, también falla.

¿Y por qué cree que lo invitaron a marcharse?

Porque hay una persona que manda y que no es de aquí, y para él tendrá algún sentido, no sé cuál, pero no se le ha dado el valor a lo que Rufete estaba construyendo. Lim pensó que el entrenador (Nuno) estaba preparado para fichar. A parte de ser un magnate que compra un club, no me sirve que salga la presidenta (Layhoon Chan) y diga que va a traer valencianistas. Si ya lo tenía. Con unos resultados espectaculares, con la mejor clasificación para la Champions. ¿Por qué romper eso? Ahí comienza el verdadero problema para el Valencia.

¿Por qué decidió vivir en Valencia?

Fue una decisión difícil. Al irme a Alemania y tener que decidir entre Sevilla y Valencia...yo tengo una casa en Sevilla y mis hijos, a sus amigos. Allí soy muy querido, no habría sentido la extrañeza que sentí aquí en el estadio, allí tenía más calor, pero aquí tengo a mis padres, que tiene 83 años, y a mis hermanos, mis hijos se han criado y no los han visto crecer. Me gustaba la idea de volver a mis inicios, a la tierra, al sol, al olor, al valenciano, echaba mucho de menos hablar valenciano... En Sevilla podría haber tenido una vida más fácil, pero estoy asentado aquí dos años y muy contento.

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