Cuentan los técnicos de la cantera del Celta que Santi Mina tiene mucho instinto para el gol, pero también muchas carencias todavía como jugador. Al chico de Vigo, de 20 años, le pesa jugar tan lejos del área y también la barbaridad que el Valencia pagó este verano por él (10 millones). Su imagen, al lanzar un córner muy corto en el tiempo de descuento en la derrota del Valencia el jueves en El Madrigal (1-0), refleja la impotencia del equipo de Gary Neville.

El Valencia solo ha sumado cuatro de los últimos 18 puntos disputados (cuatro empates y dos derrotas). No gana desde el pasado 7 de noviembre ante el Celta en Vigo (1-5). Y cuenta con 12 puntos menos que a estas alturas, jornada 17ª, de la temporada pasada. El resultado es un abismo de 11 puntos respecto a los puestos de Champions. Tiene a seis equipos por delante y uno de ellos, el Eibar (dos puntos más), es un ejemplo opuesto de dinero bien gastado.

El Valencia desembolsó 142 millones en fichajes el pasado verano. Entre otros llegaron dos brasileños (Aderlan Santos y Danilo), un tunecino (Abdennour), un belga (Bakkali) y un australiano (Ryan), sin que el equipo haya mejorado en nada su rendimiento, eliminado en la primera ronda de la Champions y estancado a mitad de la tabla (décimo) con un juego tan mediocre como su clasificación. La aportación de todos ellos, sin experiencia ni caché en la Liga, ha sido intrascendente. El conjunto vasco, que no llega al millón invertido en fichajes, se ha nutrido de jugadores españoles de Segunda que ya destacaron en la categoría de plata y están explotando ahora en Primera: Keko, Borja Bastón y Juncà.

La crisis del Valencia tampoco es que haya sido una sorpresa. Desde el día en que renunció Rufete como director deportivo, el club comenzó una senda autodestructiva que no ha sabido frenar. Rufete fue invitado a marcharse a mediados de junio pasado porque mientras él negociaba con el Marsella el fichaje del centrocampista Imbula (ahora en el Oporto), el representante Jorge Mendes y su amigo Nuno (entonces técnico del Valencia) elegían a otro mediocentro (Rodrigo Caio, casualmente representado por el agente portugués, descartado después tras no pasar el reconocimiento médico). El recambio fue Danilo Barbosa, cedido por el Sporting de Braga, otro chico de Mendes que ha pasado sin pena ni gloria en estos siete meses en Mestalla. Peores han sido los refuerzos defensivos. Traspasado Otamendi al Mancheser City (45 millones), ni Abdennour (25 millones) ni Santos (9,5) han cubierto el vacío del central argentino. Los dos, por supuesto, patrocinados por Mendes.

Sin tiempo para Gary

El máximo accionista, Peter Lim, trató de reparar el desastre con la contratación para el banquillo de Gary Neville, leyenda del United. Su discurso fresco disparó una ilusión en el vestuario que se ha atascado por las limitaciones de la plantilla (dos empates y una derrota). Quiso jugar al ataque ante el Getafe y advirtió las enormes lagunas defensivas. Reculó en la primera parte ante el Villarreal y sufrió a un equipo inane en ataque. Recificó en la segunda parte y se topó con el oficio de Bruno para resolver. Sin tiempo para relajarse ni reflexionar, le espera mañana el Madrid en Mestalla.