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Off the record

Más alma que pizarra

Más alma que pizarra

Es una auténtica lástima que Peter Lim, Nuno Espirito Santo y Jorge Mendes malparieran „ex aequo„ a este Valencia 15/16. Que invirtieran una millonada en Abdennour tras vender a Otamendi sin pedir el importe de su cláusula de rescisión y no dotaran a la plantilla de una verdadera segunda unidad de garantías para afrontar una temporada Champions. No es el día para insistir en los horrores con balón del marroquí „merece capítulo al margen„, que anoche volvió a regalar un rechace en la frontal del área indigno de un jugador de su valor. Una imprudencia temeraria que, como la tarde del Getafe, le costó al equipo un gol en contra y le puso muy cuesta arriba un partido que tenía un plan A que hubo que saltarse. La entrega al pie a Benzema obligó al Valencia a remar contra corriente durante hora y cuarto. Afortunadamente, Abdennour se ahorró ayer el efectismo populista de aplaudir a la grada, dedicándose a defender a su par y no complicarse la vida en la salida desde atrás, que es de lo que se trata. Antes que personalidad para dirigirse al respetable, a un central de 25 millones de euros hay que pedirle, como poco, que no se equivoque tanto.

La cara a tanta cruz defensiva vuelve a ser André Gomes. Bajo la atenta mirada del director deportivo del Barça, Robert Fernández „que le sigue de cerca al igual que a Joao Cancelo desde hace semanas„, el talento portugués volvió a cuajar una actuación excelsa, añadiendo un derroche de esfuerzo y kilómetros a su habitual recital de juego al toque y vertical entre líneas. Andre abanderó, como en Eibar „conviene no olvidar cómo empató el Valencia con uno menos en un escenario de tremenda complejidad„, esta versión valiente y corajuda de un grupo que ya no dobla la rodilla cuando encaja un gol en contra. Suya fue la arrancada que sirvió para forzar el penalti de Pepe y suyo el disparo mordido que pudo suponer el 3-2 en el último suspiro. El vestuario a las órdenes de Nuno no se hubiera repuesto al testarazo demoledor de Gareth Bale. Y ese ya es un avance muy significativo comparando la situación por la que atravesaba el grupo antes del encuentro en el Sánchez Pizjuán. En una encuesta a pie de torno a la salida de Mestalla, es muy probable que el porcentaje mayoritario del respetable se fuera a casa satisfecho con la imagen del equipo. Abstrayéndonos de la clasificación „el Villarreal, cuarto, está a trece puntos„, hay motivos para confiar en el trabajo de Neville. Aunque muy bien debe hacerlo el Valencia y mucho deben fallar sus rivales en la segunda vuelta para conseguir la proeza del pasaporte a la previa Champions.

Al margen de lo sucedido en el verde, el arranque de 2016 nos deja una nueva aparición pública de la propiedad. Esta vez en forma de comunicado dirigido al entorno. Comunicado, por cierto, bastante forzado. Si hay un partido para el que Mestalla no necesita cartas abiertas ni arengas dirigidas a las entrañas es precisamente el del Real Madrid. No obstante y acudiendo a sus antecedentes, siempre es recomendable invertir unos minutos en destripar las misivas institucionales a cargo de Lay Hoon. De la que precedió al encuentro de anoche se desprende un reconocimiento implícito del error que supuso mantener a Nuno Espirito Santo en el cargo más tiempo del aconsejable (así lo evidencia una alusión directa al trabajo que se realiza ahora mismo a contrarreloj) y, fundamentalmente, el cierre de filas en torno al modelo que „veremos si de forma interina„ encabeza Gary Neville. El entrenador inglés únicamente es responsable de lo ocurrido a partir de la derrota en Champions League ante el Olympique de Lyon. Los próximos meses determinarán si pecó de osadía o no aceptando la propuesta de su socio Peter Lim. Pero los ejecutivos de una entidad como el Valencia no pueden moverse por los impulsos que generen tres resultados puntuales. Esa visión cortoplacista únicamente conduce el precipicio societario. El gol de rebote en Ipurua o los errores de Abdennour contra el Getafe escapan a los balances de cuentas. Pero forman parte del fútbol.

El linchamiento al que Rafa Benítez está siendo sometido en Madrid provoca„al menos para quien suscribe„ el desarrollo de un evidente sentimiento de empatía para con el técnico. Y, por qué no decirlo, de añoranza al ADN ganador que inoculó en jugadores de muy diferente pelaje. Es, aunque madridista de cuna, uno de los nuestros. No debo ser el único valencianista que, ante determinadas situaciones humillantes por las que está pasando Benítez en Chamartín, ha pensado en lo sensacional que sería que Lay Hoon le propusiera una segunda etapa en Mestalla. Pero me pregunto si firmaría por un club cuyo máximo dirigente hace y deshace a su antojo sin consultar a director deportivo alguno. Y no, no me refiero a Florentino Pérez.

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