Dadas las circunstancias tan adversas de las últimas jornadas, el Valencia supo reaccionar a dos golpes del Madrid, que no es poco. Resistió momentos que amenazaron derrumbe y tiró de la calidad de tres de sus centrocampistas (Parejo, André Gomes y, sobre todo, De Paul) para remontar. De Paul resultó clave. La visión de juego del argentino resquebrajó la zaga blanca en un partido eléctrico de ida y vuelta, sin control en el medio de ninguno de los dos, con mejores delanteras que defensas (brillantes Alcácer y Benzema).

El Valencia pudo haber perdido ante la ambición madridista, que atacó con uno menos tras la expulsión de Kovacic, pero también acarició el triunfo en un remate frustrado de Negredo. Gary Neville buscó la victoria con los cambios (entraron Rodrigo Moreno, dos meses después de su lesión y Negredo), e incluso Alcácer se sacrificó un rato como interior izquierdo. El duelo, a tumba abierta, fue un manjar para el espectador. Lo malo son los empates, cinco en las últimas siete jornadas, que lastran las aspiraciones europeas del Valencia (el Villarreal, cuarto, está ya a 13 puntos).

La pareja Santos-Abdennour empezó insegura. Un mal despeje del central tunecino le abrió el cielo a Benzema en la posición de tres cuartos. Caracoleó el francés y buscó la pared en la derecha con Bale. El galés inventó un pase de espuela a Cristiano, quien se la entregó sin mirar, al estilo Laudrup, a la entrada por el centro del área de Benzema. El 9 blanco resolvió con un tiro colocado.

El Madrid jugó muy cómodo el siguiente cuarto de hora, haciendo valer su superioridad técnica. Sin embargo, algo chirriaba en la zaga madridista. A poco que Rodrigo de Paul frotó la lámpara de su imaginación, tiritaba la zaga de Benítez. El interior argentino, marginado por Nuno, es de los pocos en la plantilla capaces de inventarse de la nada un pase de gol. En tres ocasiones lo logró en el primer tiempo. Ni siquiera necesita continuidad en su juego. Simplemente aparece.

En la primera ocasión centró enroscado en diagonal desde la izquierda, a pie cambiado, para la entrada de Cancelo, que cabeceó demasiado cruzado. En la segunda dejó solo con un pase corto a André Gomes ante Keylor, aunque se interpuso Pepe. Y en la tercera, De Paul vio el espacio al que debía correr André Gomes, en un envío de 30 metros hacia el carril del 10. De todo lo demás se encargó Gomes, imparable en la carrera de 50 metros. Se adelantó a Pepe y este le trabó por detrás. El penalti, al borde del descanso, lo transformó con clase Parejo. El Madrid se quejó y con razón de que, justo en la jugada anterior, Orban había zancadilleado a Bale dentro del área.

El Valencia cargó su ataque por la derecha, actuando Cancelo de catapulta de Barragán y viceversa. De Paul continuó dejando perlas: esa picadita ante la entrada de Danilo. Benítez retiró a Benzema y dio paso a la velocidad de Lucas Vázquez. Un hachazo de Kovacic a Cancelo le costó la expulsión al joven centroncampista. El Madrid siguió atacando y Gary Neville dudó sobre si ir o no a por la victoria. Tardó en enviar un mensaje claro. Lo hizo al dar paso a Rodrigo en lugar de Orban, cuya posición en el lateral izquierdo la ocupó Cancelo.

Una falta imprudente Cancelo a Lucas Vázquez le costó un gol tras un cabezazo de Bale a centro de Kroos. En la reacción inmediata surgió De Paul, quién si no. Su centro templado fue amortiguado por Rodrigo de cabeza para la llegada al segundo palo de Alcácer, que cruzó de cabeza a gol. El final fue apoteósico. Lanzado el Madrid, el Valencia pudo haber sentenciado en una contra magnífica de Alcácer. Su centro desde la izquierda le cayó a Negredo ante Keylor Navas. El vallecano disparó sobre el cuerpo del meta. Faltaban segundos y Bale a punto estuvo de marcar ante Jaume. Sin un respiro que darse, agotada por un gran espectáculo, la grada de Mestalla se marchó con más esperanza que cuando llegó.