Jesús García Pitarch afronta su segunda etapa en el Valencia CF. La primera estuvo marcada por sus tiranteces con el entrenador Rafa Benítez, en la temporada 2003-2004, y su desencuentro final con el consejero delegado de la entidad, Manuel Llorente, lo que motivó su salida de Mestalla. En ese período, y como cualquier director deportivo, Suso alternó aciertos y errores. Pero el equipo rindió al máximo nivel.

Después de ganar la Liga, el Valencia CF no se reforzó con ningún fichaje. Sólo llegó el francés Revelleire, un lateral de mucha calidad, como cedido. Pese a su buen rendimiento en Mestalla, después de disputar 24 partidos, no se ejecutó su opción de compra y Revelleire regresó a su país.

Sin embargo, fue en el año 2003 cuando García Pitarch y Rafa Benítez protagonizaron una de esas anécdotas que quedarán para el recuerdo en el valencianismo. Tras la contratación de Ricardo Oliveira y Néstor Fabián Canobbio, Benítez pronunció la siguiente frase: «He pedido un sofá, y me traen una lámpara». Aún así, el delantero brasileño realizó una buena temporada en el Valencia, con 10 goles en 33 partidos, mientras que el uruguayo Cannobio no rindió a tan buen nivel. Olivera se marchó al Betis primero y al Milán después. Junto a ellos, también se firmó a Jorge López, procedente del Villarreal.

Otra de las curiosidades fue la llegada de un delantero para el Mestalla: Momo Sissoko. Sin embargo, y después de una pretemporada en Holanda, Benítez lo reubicó como mediocentro y llegó a jugar 38 partidos. Tras la llegada de Claudio Ranieri al banquillo de Mestalla, en su segunda etapa, Sissoko se marchó al Liverpool con el que había sido su entrenador. Quizás el gran fracaso de García Pitarch fue Jean Felix Dorothee, lateral derecho que pasó desapercibido por el Valencia CF.