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Game over

Se acabó. Finiquitado. El Valencia está absolutamente en ruinas. Devastado, destruido, aniquilado, encefalograma plano, en caída libre por la inacción de un propietario que pone dinero, pero no donde y como debería y por tanto ha tirado una pila de millones por el sumidero. Un señor que no comprende la magnitud de lo que ha comprado. Alguien que no entiende -y no le presupongo mala fé- que lo que para él es una parte más de su holding o su juguetito, produce mucho llanto y dolor en aquellos que se echaron a la calle para pedir que viniera como salvador.

Si a esa propiedad le sumas una plantilla indolente a la que se le transmite cada partido que «nunca pasa nada» no ayudas mucho. Llevas 12 jornadas sin ganar, «y no pasa nada». Neville no ha ganado desde que llegó, «y no pasa nada». El Sporting te gana en Mestallla, «y no pasa nada». Te mete 7 el Barcelona, «y no pasa nada».

Y entre «no pasa nada» y «no pasa nada», entre «estamos jodidos» y «pedimos perdón pero pedimos apoyo», el equipo se mete en el pozo. Concretamente, y para ser claros: se va a segunda división.

Y a todo esto hay que sumarle el enésimo becario que viene a hacer el Erasmus de los banquillos a Mestalla. Desde que se marchara Rafa Benítez, y con la excepción hecha de Ernesto Valverde, no se ha apostado por un entrenador «con la mili hecha»en todos estos años.

Aquí viene el entrenador de moda de turno (en su día) y ahora el amigo de turno del propietario (a día de hoy), hacen su Erasmus, se forman y se marchan a otro equipo a poner en práctica lo aprendido en Valencia. Ellos se van, y las heridas de lo que destrozan en su aprendizaje se quedan en la entidad y en el corazón de la gente que ama este club.

Mientras el propietario no se dé cuenta que en un banquillo no se puede sentar cualquiera, el peligro del descenso es más que evidente.

El peor entrenador que vi en mi vida debería volver a la TV (de donde jamás debió salir). Este señor que piensa que sólo él lleva la razón y el resto no tenemos ni idea, y que aún se reía ayer en la rueda de prensa cuando le preguntaban por la posibilidad del descenso es el veneno más letal que uno recuerda desde que pisé Mestalla por primera vez con tres años.

Cada día que pasa Neville en el banquillo del Valencia es una firme apuesta por descender de categoría.

Prefiero ser abrupto, pero claro. El Game Over debe ser para Gary Neville. De lo contrario, el que tiene el Game Over encima es el equipo.

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