En una temporada para olvidar, el Valencia ha vivido una situación atípica. La lesión de Diego Alves en Almería en el último encuentro del curso pasado ha sido la culpable de un contexto extraño y con demasiados protagonistas. El brasileño volvió ante el Espanyol a ocupar la portería de Mestalla y cerró un círculo que ha tenido como protagonistas a Ryan, Jaume e incluso Yoel.

El escaso nivel de muchos futbolistas ha chocado con las buenas actuaciones de Ryan y Jaume. El meta valenciano saltó al ruedo con la lesión del australiano y se convirtió en el héroe de una afición que le coreó su nombre desde el primer partido. De hecho, el que comenzaría la temporada como teórico tercer portero de la plantilla a la espera de Alves, quien también estaría por delante de él, acabó siendo elegido el mejor cancerbero de la primera vuelta de la Liga BBVA.

Yoel se marchó en el mercado invernal y con Ryan y Jaume cara a cara todo cambió cuando Gary Neville aterrizó en Mestalla. Con el inglés la montaña rusa cogió un nuevo tramo. Jaume se sentó tras el único encuentro en el que mostró ciertas dudas, en Anoeta. En el siguiente choque liguero fue Ryan el que ocupó la meta de Mestalla frente al Rayo, una etapa que duró hasta la jornada de ayer.

Contra el Espanyol la historia volvió a dar un giro y acudió a su punto de partida. Ver a Diego Alves en la portería recordaba a etapas más felices, a la temporada 14/15, en la que fue uno de los líderes de una plantilla que nunca mostró fragilidad defensiva. Sin embargo, el brasileño, en su primera toma de contacto en este curso, tuvo su particular cara y cruz. En la primera ocasión sacó una mano prodigiosa y en el gol falló en el juego aéreo. Él mismo, de manera autocrítica, aseguró tras el choque que fue su error. «Asumo mi culpa. No vi llegar a Duarte», afirmó. La duda ahora es ¿quién será el titular en el próximo partido?