El partido de los chinos lo ganó un ruso. El encuentro en el que según los medios madrileños se jugaban el puesto los entrenadores, error, inmenso error, porque el del Valencia tiene seguro de vida que le firmó su amigo Peter Lim, sirvió para que tal vez muriera Galca. Valencia y Espanyol tienen patronos chinos. Hasta hace poco se soñaba con tener un jeque que es lo que se lleva con éxito en Francia e Inglaterra. El chino auténtico es Wanda, que depositó cuarenta millones en el Atlético de Madrid y no ha nombrado entrenador, presidente, gerente ni nada por el estilo. Wanda era la gran oferta, la mejor para el Valencia, pero ese inefable individuo llamado Amadeo Salvo se empeñó en Lim y lo consiguió.
Lo chino no está al alza. Las bolsas europeas están tambaleándose por los tropiezos económicos de Shanghái. El nuevo dueño del club barcelonés ya está decidido a nombrar entrenador. No consta que haya aportado, además de dineros, cuerpo técnico y operaciones que son corruptelas con los fichajes de algunos futbolistas.
En Mestalla la experiencia chinosingapuresa está dando dolores de cabeza desde varios puntos de vista. Económicamente, el club se ha endeudado más y los grandes expresos europeos, que iba a traer la administración de Lim, han quedado relegados a operaciones de club modesto. Todos los grandes fichajes han sido propios de la más excelsa mediocridad y en el periodo de primeros de año, Lim ha conseguido la cesión de Siqueira, suplente en el Atlético, y Cheryshev, que el Madrid no ha querido reenviar al Villarreal por aquello de la eliminación de la Copa. En Mestalla desde la anoche sabatina si se podrá cantar lo de «Cheryshev te quiero» como han entonado las comparsas de los carnavales de Cádiz, pero no en coña, sino en agradecimiento porque el tanto al Espanyol fue más que un alivio.
El Valencia se ha acercado al drama del descenso del que aún no se ha librado. Será difícil que salga de las cercanías del abismo porque tiene un entrenador absolutamente insensato. Cada domingo, alineación nueva. El juego, por el contrario es el de siempre; pura bazofia balompédica.
En una semana en que se tenía el corazón necesitado de más de un bay pass reapareció Salvo, que aún tiene turiferarios a su mando. Se mostró como autentico chulito de barrio diciendo que tiene la mayoría de los aplausos. Toda su reaparición estuvo destinada a exaltar su ego. Vino a decir que el Valencia, sin él, no puede existir de manera triunfal. Afortunadamente, Lim ya le dio la boleta y no parece que esté dispuesto a recuperarlo. Ni siquiera tuvo valor para poner a pan pedir a quien fue su patrón. Dio una de cal y otra de arena. Ni siquiera el argumento de los dineros se sostiene. Lim aún no ha sido el salvador del club. Que se sepa, el único que erróneamente puso sus millones fue Juan Soler. Dejó el club como un solar, pero enterró sus euros.
Sería conveniente que Salvo se retirara por el foro Ya no tiene monólogo que merezca la pena escuchar. Todo en él es farfolla. Me recuerda aquella frase del rey Juan Carlos a Chávez: «Por qué no te callas».
