De una misma moneda. Como aquel fiscal de Gotham que se volvió malo malísmo en la Gotham de Batham tras perder medio rostro. Como aquel «Harvey dos caras» encuentro dos vertientes fundamentales tras la victoria del Valencia en el Nuevo Los Cármenes.
Una, evidentemente positiva. El Valencia gana. Lo hace fuera de casa (no ocurría desde noviembre con el 1-5 en Balaídos), a renglón seguido de las victorias contra Espanyol y Rápid de Viena y completando la «semana fantástica». La más feliz desde que Gary Neville es entrenador del Valencia.
Incluso voy más allá. Veo como positivo „tras los últimos encuentros„ que el preparador inglés ya parece que se va deciciendo por un once. Con la incógnita del lateral izquierdo „para mi Gayà es «titularísimo» en este equipo„, una de las principales demandas al técnico isleño era la de apostar de manera decidida por un once. Ya parece que va estando más o menos claro. Hasta ahí, lo bueno, lo positivo que se completa con ver ya la pesadilla del descenso a diez puntos. Esa es la vertiente buena.
Pero ya advertía de que esto tenía dos caras y también hay que hablar de la cara menos buena de la moneda. Seamos claros y vayamos directos. Jugando de esta manera al Valencia le da para ganar de rebote al Espanyol y sufriendo lo indecible ante el Granada. Pero estas constantes vitales no dan, ni de lejos, para plantarle cara al Athletic de Bilbao el domingo próximo.
Porque Aduriz no es Barral, ni Succéss, ni Peñaranda, ni El Arabi que las fallaron de todos los colores. Porque Valverde no es Sandoval y porque el Athlétic de Bilbao no es el colista.
Cuando más debió aparecer el Valencia, tras el 0-1 y cuando el Granada se partía para buscar el empate, el equipo se empequeñeció. Incluso tras el 0-2, se quedó en el limbo defendiendo la jugada en la que Edgar puso el 1-2. Se conceden muchas oportunidades ante rivales de una entidad mucho menor. La defensa sigue siendo un drama, y los rivales que vienene ahora „con la excepción del trámite del jueves en Europa„ tienen mucha más entidad.
Y el del domingo que viene es un partido con más trascendencia de la que parece. Si vencen los blanquinegros se pondrán a un sólo punto de los vascos y volverán a entrar de lleno en la lucha por los puestos europeos. Contento por el triunfo estoy, y mucho. Preocupado por la imagen también. Veo una mejoría. Pero la percibo muy leve.
