El Valencia CF ha aparcado su proyecto para trasladar su futura ciudad deportiva a la partida de Porxinos, en Riba-roja. Tras la anulación de aquel Plan de Actuación Integrada (PAI) por parte del Tribunal Supremo, el club considera que hay otras prioridades. Así se entiende cómo la entidad ha dado carpetazo al PAI que afectaba a sus instalaciones de Paterna, un plan que estaba vinculado al de Riba-roja. A saber: el Valencia tenía previsto trasladar su base de entrenamientos a Porxinos y rentabilizar sus terrenos de Paterna con un PAI. Al quedar bloqueada la opción de la mudanza, ha decidido anular el proyecto que afectaba a su actual ciudad deportiva. La construcción del nuevo estadio es un asunto preferente para el dueño del club, Peter Lim. La presidenta, Layhoon Chan, insistió en la última accionistas en afirmar que el nuevo estadio estará terminado en 2019, el año del Centenario.

De esta forma, el Valencia presentó ayer en el Ayuntamiento de Paterna un escrito solicitando que se dé por retirado el PAI , en el que la entidad solicita la devolución de la garantía provisional, que asciende a 333.900 euros depositada en 2013. Así lo comunicó el consistorio, cuyo alcalde, Juan Antonio Sagredo, afirmó ayer que el Valencia CF «forma parte de nuestra identidad y queremos que las relaciones sigan siendo excelentes», por lo que aseguró que «haremos todo lo que esté en nuestra mano para que el Valencia CF se quede en el municipio».

Además, en un nota de prensa, Sagredo reiteró que «los paterneros y paterneras estamos orgullosos de que el nombre de nuestra población vaya ligado al Valencia CF». El Ayuntamiento de Paterna, mediante acuerdo plenario de 20 de agosto de 2012, acordó el inicio del procedimiento para la gestión indirecta del PAI por el que el Valencia tuvo que abonar el 2% correspondiente al precio previsto de la licitación. Con ese plan, se hubiesen añadido 80.000 metros cuadrados de suelo terciario al Parc Tecnològic.

El Valencia, en todo caso, tiene previsto presentar un nuevo PAI para su ciudad deportiva en Riba-roja el próximo mes de abril. No es un frente que haya cerrado, pero ha de adaptarse a las nuevas exigencias del gobierno de la población, ahora en manos del alcalde socialista Robert Raga.

«Jamás aceptaríamos un nuevo PAI sin una ciudad deportiva; segundo, que no jugara el primer equipo, y tercero, que haya un respeto medioambiental». En la última reunión entre el alcalde y el Valencia, el club dejó caer la posibilidad de trasladar a Riba-roja, en un futuro, únicamente a la escuela. No hay que olvidar que el club tiene un compromiso con los bancos, ahora propietarios de los terrenos, de 30 millones de euros. Debería pagárselos en caso de que se tramitase un nuevo plan urbanístico en Porxinos.