A más de uno se le heló el corazón cuando, a falta de cinco minutos para la conclusión del partido, vio la grave caída de Ignacio Camacho. El centrocampista del Málaga cayó al suelo desde una altura considerable con el cuello, como si fuera un saco, y se temió lo peor.

El impacto de la nuca contra el césped fue brutal. Hasta el punto de que Gary Neville, que había visto la jugada, se llevó las manos a la cabeza. Pero el entrenador inglés pronto reaccionó. El técnico del Valencia CF mandó a los médicos de su equipo con toda velocidad para atender al futbolista rival, porque se pensaba en una lesión de extrema gravedad. Fue toda una lección de deportividad.

Camacho quedó conmocionado durante unos instantes, fue atendido por los doctores de ambos conjuntos, y por fortuna incluso pudo volver al terreno de juego. Faltaban menos de cinco minutos para la conclusión del choque, pero el centrocampista quiso entrar al campo ante el aplauso y el alivio general.

Ese fue el susto del partido. Y casi la rúbrica a una noche intensa en lo futbolístico. Porque durante todo el encuentro, y sobre todo a raíz del primer gol del Valencia CF, el Málaga estaba fuera de sí. En especial su entrenador, Javi Gracia. Las protestas del técnicos fueron constantes, sobre todo tras el pisotón de Cheryshev a Kameni, y porque el conjunto andaluz lleva varios partidos consecutivos de mucha tensión arbitral.

Ya en la segunda mitad, y a raíz de un incidente entre Feghouli y los jugadores del Málaga, el colegiado decidió expulsar a Javi Gracia. El entrenador, visiblemente enfadado, continuó protestando airadamente hasta que el árbitro trató de evitar que la cosa pasara a mayores con el técnico.

También reaccionó bien Neville. El inglés, viendo que su jugador era el centro de la polémica, decidió retirarlo para no complicar el partido. El entrenador no quiso que Feghouli continuara en el césped porque, además de que ya había dado un bajón físico, no le interesaba más «nervio» encuentro.