«Si no ganamos al Celta en Mestalla, veremos arder otras Fallas». Si John Benjamin Toshack se pasó dos décadas en la Liga traduciendo literalmente algunas expresiones británicas para manifestar sus opiniones sobre el juego, en sus bromas Gary Neville ya se atreve a tocar códigos locales. El técnico valencianista se ve con ganas y fuerzas de asumir un proyecto a largo plazo con el club de Mestalla, una vez pasado ya el traumático bautismo de haber debutado como entrenador con la temporada empezada y en un campeonato que desconocía.

Cuestionado por su continuidad, Neville se refugia en el corto plazo de los inmediatos partidos. Podría parecer una manera de escurrir el bulto, de no mojarse, pero no lo es, ya que a nadie escapa que su renovación dependerá, en buena medida, de las sensaciones que el equipo muestre en las últimas nueve jornadas y de si maquilla la decepcionante campaña con un rendimiento en curva ascendente que invite a pensar en los cimientos de un proyecto. Neville es consciente que, cerrando a día de hoy su balance, su continuidad no se justifica.

Sin pronunciarse abiertamente, Neville dejó caer que su «compromiso» con el Valencia continúa al «100%». Como ejemplo afrontó su marcha con la selección inglesa en el parón liguero de la próxima semana. Un asunto «ya pactado» desde su llegada a Mestalla y que cree que se ha interpretado con ánimo demagógico en contra de su persona: «Esto se ha utilizado contra mí y la afición se puede preguntar porqué me voy, pero estoy absolutamente comprometido con el Valencia y así lo he demostrado. Durante una semana con el cuerpo técnico que tenemos hay suficiente para trabajar con los jugadores que se quedarán en Valencia». De hecho, a preguntas de un periódico inglés, Neville descartó que su periplo con su selección, en la que es el técnico asistente de Roy Hodgson, vaya a ser una experiencia «refrescante» que le haga olvidar los sinsabores sufridos con el Valencia: «Lo que será refrescante es ganar al Celta de Vigo y eso es en todo lo que pienso ahora», afirmó.

Neville volvió a insistir en que su contrato es de «cinco meses», pero al mismo tiempo valoró que se ha asentado en la ciudad, en la que ha trasladado a toda su familia: «Me ofrecieron un contrato de 5 meses, se ha mudado mi familia aquí y nos hemos comprometido. Pero solo puedo pensar en los próximos 9 partidos porque los resultados, hasta ahora, no han sido lo suficientemente buenos».

En ese esprint final, Neville aspira a ganarse la opinión del valencianismo, que ha valorado su esfuerzo y seriedad pero que no se decantaría por una continuidad con los resultados actuales. El excapitán del Manchester United mostró un respeto reverencial a la opinión que se pueda emitir desde la grada: «Respeto profundamente el sentir de los aficionados. Ellos representan la parte más importante de este juego. Cuando todos nosotros nos vayamos de aquí, incluso vosotros los periodistas, ellos seguirán aquí. Pero sí siento el respeto de la gente».

Más allá de la prioridad del rendimiento deportivo, Gary se encuentra a gusto en Valencia. Su comprensión del castellano ha aumentado, a pesar de que todavía se pronuncia públicamente en inglés. Además, Neville no ha vivido de espaldas a la ciudad y, en su escaso tiempo libre, ha querido conocer barrios, las peculiaridades gastronómicas e incluso otras localidades fuera del «Cap i Casal». Pero lo que tenga que venir, ya se verá: «Pienso en el partido ante el Celta, un encuentro muy difícil y queremos afrontarlo como el jueves. Me preocupa si podemos repetir ese juego, quiero esa misma consistencia».