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Análisis

El laberinto del plan financiero de Lim

El club limitará sus gastos para la próxima temporada al no jugar la Champions, torneo que tenía previsto disputar los próximos 10 años

Peter Lim, en uno de los partidos a los que asistió en Mestalla. germán caballero

El plan global de Peter Lim en el Valencia ha sufrido un revés en su segundo año de trayectoria. Un giro a la izquierda porque el equipo de Mestalla no jugará la Liga de Campeones la próxima temporada, una circunstancia no contemplada en la hoja de ruta establecida el día que firmó la operación de compraventa con Bankia. Lim calculó entonces que los ingresos del Valencia ascenderían progresivamente en diez años, entre otras cosas, porque el equipo jugaría todas esas temporadas en la máxima competición continental. Lo que significa unos ingresos anuales extras, sólo por competiciones, de más de 30 millones de euros. Un pronóstico muy optimista reflejado en los ingresos previstos, a los que se sumarían, a partir de 2018, los relativos de la explotación del nuevo Mestalla. Un proyecto que iba ligado a un gran salto cualitativo de la plantilla para ir acercándose al Real Madrid y al Barcelona. Las dos ilusiones siguen siendo hoy fantasías. Humo. Igual que la ausencia de un patrocinador principal para la camiseta.

Con 30 millones de euros menos para cerrar el presupuesto del próximo curso, el Valencia dispondrá de menos dinero para reforzar y mantener su plantilla en la temporada 2016-17, a expensas de otros factores que hoy son incorpóreos. Es una cuestión matemática. El Fair Play Financiero, que controla los gastos de los clubes para fichajes, limitará la capacidad de gastos con respecto a la actual campaña. ¿Cuánto? La respuesta está condicionada a varios agentes. El Valencia, por ejemplo, aumentará su cuota de ingresos por el contrato de televisión, que pasará de los 48 millones a una cifra que está por concretarse, una vez se concrete el nuevo reparto, distribuido en cantidades fijas y variables. El club calcula cobrar, a partir de la próxima temporada, una cifra que oscila entre los 70 y los 90 millones. Un importe que servirá para compensar, en parte, las pérdidas en otras partidas. Pero al tratarse de un incremento ya previsto, el revés económico que supone quedarse fuera de la competición europea es irrefutable. La irremediable pérdida de masa social para el curso que viene, visto el rendimiento del equipo en la actual, le afectará negativamente en el reparto.

La ampliación de capital de 100 millones de euros efectuada por Peter Lim se presenta, ahora, como una tabla de salvación. Supone un aumento de recursos económicos mucho más trascendental de lo que pareciese en un principio. Teniendo en cuenta, eso sí, que de esos 100 millones, el singapurés puede recuperar más de la mitad (53 millones), que corresponden a las primas de emisiones, tal como informó la Ser. Una parte que puede considerarse como una reserva.

En general, los ingresos del Valencia tienden a la baja para la próxima temporada, todo lo contrario de lo contemplado en el contrato que Lim firmó con Bankia. En esos documentos, Meriton (empresa del magnate de Singapur que compró la mayoría accionarial del Valencia) calculó que los ingresos irían incrementándose de forma progresiva. Pasaría de los 79 de la temporada anterior hasta los 225 de aquí a diez años. Según este plan financiero, el Valencia percibiría 124 millones de euros este curso. En la temporada 2016-17, el grupo de Lim espera embolsar 144 millones, un salto económico que deberá ir acompañado de mayores rendimientos en concepto de patrocinios. Para el ejercicio 2017-18, el ingreso previsto es de 157. A partir de entonces, se preveía que el nuevo Mestalla, ya terminado, estaría en explotación. Sólo así se explica que las ganancias se se disparen hasta los 225 millones en la temporada 2023-24.

Pero, la realidad, de momento, es otra. La presidenta, Layhoon, aseguró en la pasada Junta General de Accionistas que ahora hay otras prioridades antes del recinto de la Avenida de las Cortes, sin atreverse a poner fecha para dar las obras por concluidas. Así que el club tampoco podrá disponer en el tiempo previsto procedente de la explotación comercial del nuevo Mestalla, previsto a partir de 2018. El Valencia tampoco puede contar, de momento, con los 10 millones de euros computados por el patrocinador principal de la camiseta, al que se sigue esperando.

Con 140 millones de euros gastados esta temporada „incluidas las amortizaciones de incorporaciones efectuadas la campaña anterior„, el club deberá apretarse el cinturón el próximo verano, a expensas de lo que obtenga por venta de futb olistas. Y, a expensas, también, de los deseos de Peter Lim. Por lo que ahora mismo nadie sabe de cuánto margen financiero dispone el director deportivo, Jesús García Pitarch, para reestructurar la plantilla. Como publicó Levante-EMV la pasada semana, el exfutbolista tiene la orden del propietario para formar una nueva plantilla.

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