Pocos jugadores del Valencia pueden sacar pecho en una temporada transformada en pesadilla, y los registros de Sofiane Feghouli apuntan en esa misma dirección. La temporada 2015/16 es la más pobre en términos estadísticos del internacional argelino, y con una peculiaridad añadida: sus prestaciones se han visto prácticamente frenadas desde el mes de noviembre.

Hasta esa fecha, con Nuno Espirito Santo en el banquillo y con el debate de su renovación ya encendido, el rendimiento de Feghouli estaba siendo más que aceptable y acumulaba cuatro goles (ante el Mónaco, Lyon, Gent y Levante UD). Un degoteo en la línea de sus temporadas precedentes.

A partir de ese instante, su fútbol dio un frenazo. En gran medida por la lesión, una incómoda fascitis plantar, que lo apartó de los terrenos de juego desde el 29 de noviembre hasta el 28 de enero, cuando regresó al equipo en el duelo de Copa frente a Las Palmas y ya con Gary Neville en el banquillo. Desde ese momento, la incidencia directa de Feghouli solo se ha manifestado en el encuentro contra el Espanyol, donde dio una asistencia y en el partido de vuelta de Liga Europa contra el Rapid de Viena, un cruce ya sentenciado por el abultado marcador de la ida (6-0). En el Ernst Happel, Soso marcó uno de los goles y entregó otro, en el 0-4 final.

Feghouli, fichado gratis con Fernando Gómez como director deportivo en 2010, explotó en el Valencia en la temporada 11/12, con Unai Emery en el banquillo, con 6 goles y 11 asistencias. Desde entonces, sus números han sido similares, alcanzando la vitola de gran promesa europea, con noches para el recuerdo, como en el 20 de noviembre de 2012. Aquella noche, contra el Bayern, Feghouli lideró a un Valencia que con 10 casi derrotó al gigante bávaro (1-1 final).