Desde la marcha de Roberto Soldado del Valencia, en verano de 2013, el Valencia no ha contado con ningún goleador que pasara de 20 goles. Ni Paco Alcácer ni Álvaro Negredo lo han logrado, tanto en la pasada temporada como en la actual. A falta de cinco jornadas para el final de Liga, entre los dos sólo suman 16 goles, menos de los que han anotado por su cuenta propia este curso, por ejemplo, Aduriz (17), Borja Bastón (17) o el bético Rubén Castro (17), por no citar a los grandes anotadores de la competición. Mientras Alcácer suma 9 goles en la competición doméstica, Negredo, 5. Cifras, en ambos casos, insuficientes para un delantero del Valencia. Entre medias aparece Parejo (7), un centrocampista con muy buen olfato goleador. Lo que, por otra parte, no es un dato extraordinario en el conjunto de Mestalla. Exceptuando los números de Mundo, el ariete más eficiente de la historia del club, el Valencia ha contado con pichichis ajenos a la posición de «9». Kempes y Mijatovic, por ejemplo.

Vistos los números de los dos delanteros centros del Valencia en las dos últimas temporadas, es lógico que el director deportivo, Suso García Pitarh, ande a la búsqueda de un ariete muy productivo para la siguiente campaña. Un futbolista que asegure goles de forma regular, la obligación de todo delantero de un equipo de la clase del Valencia.

Alcácer ha demostrado que es un futbolista más que capacitado para jugar en el conjunto de Mestalla. Ha dado la talla. Pero no para cargar con la responsabilidad de ser el máximo goleador. Sus mejores cifras las firmó la pasada temporada, en la que marcó 11 tantos en la Liga.

Había marcado 6 en la anterior, la de su irrupción en el primer equipo. El canterano aporta otras virtudes. Es un gran asistente, por ejemplo.

Por su parte, Negredo, con 9 tantos en lo que va de curso, ha rendido muy por debajo de los esperado. No hay coartada que le salve. Ni haber sido apartado por Nuno ni ser suplente en muchas ocasiones justifican su falta de productividad. La pasada temporada no pasó de los 5 goles. Su falta de tino una vez Gary Neville le devolvió la confianza desquició a Mestalla durante un tiempo. Le avala, eso sí, haber anotado tres goles trascendentes: el de los empates en Riazor y ante el Rayo, desde medio campo en Mestalla, y el balsámico tanto ante el Sevilla, también a última hora.

Ninguno de los dos delanteros, sin embargo, alcanza la rentabilidad de sus predecedores: Jonas, Aduriz, Soldado y Villa.