El Valencia CF está realizando un buen final de temporada. Está en racha. Es una lástima que este sprint llegue tan tarde. Porque, de haber comenzado a ganar partidos antes, ahora podríamos estar hablando de jugar una competición europea la próxima temporada. Y no tener que haber sufrido en exceso cuando Gary Neville era el entrenador de Mestalla. Ayer, los de Pako Ayestarán mantuvieron su buena racha de juego y resultados, que comenzaron a mostrar ante el Sevilla y el Barça, tras derrotar al Eibar. El conjunto de Mendilibar nunca estuvo metido en el encuentro. Pareció que había llegado vencido. Adormecido en la zona tranquila de la tabla. Estas son las claves del partido:
El Valencia inició el partido con máxima intensidad y pronto marcó el primer gol
El refuerzo de moral que al Valencia CF le dio la victoria ante el Barça, se evidenció ayer desde el pito inicial del árbitro. El equipo comenzó el partido con mucha intensidad, metiendo al Eibar en su campo, y llegando con peligro al área visitante. Hubo mejor circulación de balón y buena posesión. Por este motivo, no fue de extrañar que se tardaran diez escasos minutos en marcar el primer gol. Lo anotó Alcácer de penalti. En semifallo. Pero la pena máxima la cometieron sobre Parejo después de dos preciosas dejadas de Rodrigo y del propio Alcácer. Me quedo con el gesto de Parejo, que le dejó tirar el penalti a su compañero. Ya le pitaron en Mestalla por no hacerlo. Paco necesitaba como el comer marcar un gol y reivindicarse como goleador. Y Parejo lo entendió a la perfección. Un gesto que le honra. Un diez para el diez. Esta vez fueron aplausos lo que se escuchó en el estadio. Ayer todo salía a pedir de boca.
Paco Alcácer recupera el olfato goleador cuando más lo necesita
No tardó mucho en llegar el segundo gol del Valencia. Más metido en el partido, y con ganas de congraciarse de nuevo con su afición, los de Ayestarán se fueron a por el segundo gol. Y volvió a aparecer la figura de Paco Alcácer. El nueve llegaba a Mestalla de titular y con ganas de demostrar que no ha perdido su olfato goleador. También con la cabeza puesta en la Eurocopa de Francia. Y a la media hora de juego se aprovechó de una espectacular acción de Cancelo para fusilar al portero en lo que era el 2-0. Pero ahí no acabó la cosa. El tercero de Alcácer, y también del Valencia CF, llegó a los cuarenta minutos. En una espectacular combinación entre Rodrigo y Cancelo que acabó en un preciso centro al área para que el de Torrent enviara de cabeza a la red.
La segunda mitad sirvió para que el Valencia se adornara porque todo estaba decidido
La segunda parte sirvió para que el Valencia CF mantuviera su intensidad, ante un Eibar que parecía que el envite no le iba en nada y que ya había tirado la toalla, por lo que los de Ayestarán comenzaron a adornarse. Prueba de ello es el cuarto gol. Javi Fuego mandó un pase de esos de cuarenta metros, y Cancelo pisó el acelerador a fondo hasta meter el balón dentro de la portería. Fue otro gol de muy bella factura. Y era fiel reflejo de lo que estaba sucediendo en el campo. Que había un equipo como el Valencia que quería y que tenía ganas de vencer y de agradar a su parroquia, y otro que estaba de paso y desmotivado. Y al que ni siquiera los cambios le hicieron mejorar.
La ola que hizo la afición refleja el buen partido y el gran momento del equipo
Con el 4-0 todo estaba más que resuelto. El Valencia CF realizó un partido muy serio, intenso, y la afición supo premiar el esfuerzo de sus jugadores. Por este motivo, la ola volvió a aparecer en la grada de Mestalla. Hacía tiempo que no se veía. Y ayer se recuperó después de muchos meses de incertidumbre. Ya era hora.
