Pako Ayestarán, de 53 años, no el tipo más listo del mundo. Pero tampoco es tonto. Para nada. Quienes lo conocen saben que el entrenador del Valencia CF es una persona sensata, coherente, y que tiene las ideas muy claras. El técnico ha necesitado menos de un mes, 22 días en concreto, para cambiar la dinámica autodestructiva en la que se había entrado con Gary Neville en el banquillo. Tres victorias consecutivas, ante el Sevilla, Barça y Eibar, le han dado la razón. Estas son las causas de la mutación:

Mejora física. Solo ha habido dos equipos que esta temporada han ganado en el Camp Nou: El Real Madrid y el Valencia CF. Para vencer al Barça a domicilio tienes que llegar físicamente a tope. Y el equipo de Ayestarán lo hizo. Porque Pako, en eso de la preparación física, tiene el cum laude.

Desbloqueo mental. La plantilla estaba como embotada. No salía nada. Nadie sabía nada. Ya no sólo era una cuestión física, sino futbolística y mental. Los jugadores necesitaban un cambio global. Y que empezara por una cuestión de idea. Ayestarán, que aprendió la importancia del diálogo junto a Rafa Benítez , ha trabajado a fondo en esta faceta.

Orden en lo táctico. «Vamos a cosas sencillas. A lo fácil. A lo básico». Las palabras de Ayestarán reflejan que en cuestiones tácticas, el equipo ha ido muy poco a poco, pero con las ideas muy claras. La mutación táctica ha sido evidente. El equipo comienza a ser reconocible cuando juega al contragolpe desde la presión, o disfruta de posesión de balón.

Liberación de jugadores. El buen momento se explica también desde los nombres propios. Como Parejo, recuperado para la causa y auténtico líder del centro del campo, o la presencia de Javi Fuego a la hora de dotar de equilibrio al colectivo. Eran jugadores que no ligaron con Neville. Pero que con Ayestarán se han convertido en dos pilares fundamentales.