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El borde del área

Mediocridad

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Aunque no lo crean no les voy a hablar de la continuidad de Mick Jagger, perdón! De Pako Ayestarán! O de la increíble transformación del Valencia en las últimas jornadas. Ni siquiera me voy a poner a hacer cábalas para ver si se llega a la séptima plaza. Ayer con el empate en Getafe se murió esa posibilidad con un empate decepcionante.

Aunque sí les voy a hablar tangencialmente de la séptima plaza porque quiero hablarles de la realidad de la liga española.

Sin quitar méritos al Valencia y refiriéndome a cualquier equipo de la primera división del futbol español, que un club -repito, cualquiera que este sea- que pueda pasar en tres jornadas de la decimo cuarta posición a seis puntos del descenso, a la octava plaza a tan sólo esos seis mismos puntos de una posibilidad de plaza europea demuestra que la liga española es un desastre.

Que un equipo que se tiró 12 jornadas consecutivas sin un triunfo y más de 20 sin dejar su puerta a cero haya estado con posibilidades matemáticas de plantearse el llegar a Europa, refleja que la clase media de la liga española es la mayor mentira vivida desde la declaración ante el juez del suegro de Granados el «púnico» (ya saben, aquel que dijo que el millón de euros en el maletín del altillo de su casa se lo habían dejado dos operarios de Ikea).

Esa mentira perfectamente perpetrada y tejida por Javier Tebas tiene su base en la milonga de que los porcentajes del dinero del dinero por los derechos televisivos es más justa porque se han acortado las diferencias entre los de abajo y los de arriba.

En primer lugar, porque por mucho que sea el aumento -y no lo es tanto- jamás, ni en el mejor de sus sueños y sus días, podrán llegar a discutirle un suplente a los dos de arriba. Ni siquiera, si me apuran ni para levantarle un titular del filial. Y en segundo lugar porque este aumento para los de abajo sólo sirve para que los de la zona más apurada se acerquen algo (distancia muy corta) a la clase media. O sea, los que tenían que salir más reforzados para inquietar a los de arriba, son los más debilitados en el reparto. No vaya a ser que los dos de arriba se inquieten.

Mientras se sigan tolerando estas diferencias por la lamentable y sumisa inacción de los clubes ante su señor feudal, y los medios nacionales (nacionales porque su difusión se circunscribe a todo el territorio nacional, no por el tratamiento de la información), seguiremos con esta clase media. El culpable es Tebas, los respondables son todos los inconscientes que le ríen las gracias -los presidentes de los clubes-.

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