­El Valencia ha vivido instalado esta temporada en una ecuación imposible ¿Cómo se puede explicar que el tercer equipo que más disparos recibe de todo el campeonato (480 en 35 jornadas) sea el sexto conjunto que menos goles ha encajado (42) en la presente Liga? La respuesta está en los guantes de Diego Alves, Jaume Doménech y Matt Ryan. Los tres guardametas „con especial incidencia en los dos primeros, con más minutos acumulados„ han suavizado con su acierto en las intervenciones la zozobra defensiva que ha acompañado al Valencia durante toda la temporada.

Alves y Jaume no lideran la lista de cancerberos con más paradas, al haberse repartido la titularidad, pero su promedio de intervenciones les sitúa en el escalafón de la Liga. Únicamente Alberto, del Sporting y con una media de 4,83 paradas, y Adán (Betis, 3,85) les superan. La media de Alves se eleva a 3,73 intervenciones por encuentro y la de Jaume a 3,69. Ryan, con ocho partidos, no les va a la zaga, con tres paradas por partido.

En Getafe volvieron a quedar patentes las carencias defensivas del Valencia. Un déficit estructural que ha machacado al equipo durante toda la temporada y que, en Coliseum Alfonso Pérez, lastró el crecimiento que iba experimentando en las últimas jornadas el conjunto blanquinegro a cargo de Pako Ayestarán. El sello del bloque «bronco y copero» sobre el que se ha edificado cada Valencia clásico parece evaporado. A pesar de la alta inversión en incorporaciones, la sensación de peligro es constante y toma cuerpo con un dato revelador: solo Sporting y Sevilla superan al Valencia en disparos en contra.

De los 480 chuts recibidos hasta el momento, 180 fueron entre los tres palos. Más allá del índice de acierto de los rivales, la conclusión radica en la facilidad con la que el Valencia concede a los equipos contrarios llegadas a su área y ocasiones y que denotan las complicaciones del equipo de Mestalla a la hora de gobernar los encuentros. Una debilidad apreciada en la última jornada, en la que los remates a quemarropa, a escasos metros de la portería, fueron una constante y en la que se reeditaron errores en acciones básicas, de anticipación y despeje, como el protagonizado por Aymen Abdennour en la jugada del segundo gol local.

Con ese desasosiego a cuestas, en una temporada en la que se ha batido el récord de partidos consecutivos sin la puerta a cero (23), llama la atención que la cifra de goles encajados por el Valencia es bastante asumible. Con 44 dianas en contra, el promedio no difiere en exceso de los goles encajados en otros que sí tuvieron un final feliz. En la 2012/13 se acabó quinto con 53 tantos en contra, mientras que en los cursos 10/11 y 11/12 se fue tercero con 44 goles encajados.