¿Qué tipo de jugador era?

Más bien físico, fuerte, fui de los primeros laterales que subía la banda, tal vez porque antes había sido interior derecho. Antón, por la otra banda, también subía mucho. Éramos dos laterales con recorrido.

¿Cómo era Elgóibar en los años cincuenta?

Yo jugaba en el juvenil de mi pueblo. Un pueblo de futbolistas: Fernando Ansola, Urtiaga... Era un pueblo muy industrial, con fábricas de escopetas, las máquinas de coser Sigma, y donde siempre ha habido una gran afición a la pelota vasca y al fútbol. Jugué a pelota a mano y no lo hacía mal, aunque no fui profesional. Fue Carlos Iturraspe, enviado por el Valencia, quien vino a verme. Tuve la gran suerte de que en ese partido amistoso que jugamos en Azpeitia, al lado de Elgóibar, hice cuatro goles. Jugaba de interior. Y vine aquí firmado por el Valencia con tan solo 16 años.

Se le iluminan los ojos...

Sí, porque ese día de Azpeitia me cambió la vida. Fui muy afortunado de venir aquí.

¿A qué se dedicaban sus padres?

Mi padre tenía una pequeña empresa de laminados, el tema de acero, y mi madre era ama de casa, una fantástica ama de casa. Ya murieron los dos, mi madre con 96 años y mi padre con 86. Me pasaron del juvenil del Valencia al primer equipo con Sabino Barinaga de entrenador, tenía 17 años. Empecé jugando de interior, en mi primer partido contra el Sevilla, con Sánchez Lage y Poli en ataque. Al cabo de un año y medio, Mundo me pasó a la defensa. Estuve desde los 17 hasta los 27 aquí en el Valencia.

¿Hablaba euskera en su casa?

No, mis padres y mi hermano lo hablaban, pero yo no. Debe ser porque en aquella época la gente joven no lo hablaba tanto ni lo estudiaba como ahora.

¿Dónde entrenaba aquel juvenil del Valencia?

Entrenábamos en Paterna, en varios sitios. Pero rápidamente me pasaron al primer equipo. Tan solo estuve un año de juvenil. Debuto en el año 66 en el primer equipo.

¿Cómo era la ciudad de Valencia a finales de los sesenta?

Muy acogedora. Yo cogía un tranvía, el 5, de de circunvalación, de donde vivía en la calle Turia, hasta aquí a Mestalla. Entonces era normal desplazarse en tranvía. Ahora eso sería impensable para un futbolista de élite. La afición era muy cariñosa. Siempre lo ha sido y los vascos siempre hemos caído aquí bien. Cuando vine aquí vivía con Urtiaga con una señora mayor, que era la señora de la casa. Mis padres venían de vez en cuando. Antes para venir de Elgóibar a Valencia parabas en Zaragoza a dormir. Ahora en cuatro horas y media estás metido allá.

Jugó 10 años en el Valencia, 14 goles y dos títulos, la Liga del 71 y la Copa del 66-67. ¿Cómo fue esa final de Copa?

Le ganamos 2-1 al Athletic en el Bernabéu. Éramos dos equipos coperos. Yo he jugado cuatro finales de Copa, las cuatro con el Valencia, y solo gané esta. Perdimos las demás contra Atlético de Madrid, Barcelona y Real Madrid.

De los 10 años en el Valencia, ¿qué jugadores le marcaron?

Empecé con Guillot, con Waldo, Paquito, Roberto y, al final, llegué a jugar con Mario Kempes cuando volví del Madrid. Claramunt hoy habría sido un crack auténtico. Teníamos un equipo peleón. Nuestros resultados normales eran 0-0, 1-0, 0-1. Abelardo, yo, Tatono, Barrachina, Jesús Martínez, Aníbal, Antón, éramos una defensa muy competititiva. Y nos llevábamos muy bien. Estuvimos varios años arriba.

¿Y de los rivales?, ¿qué futbolista le impresionó?

Cruyff es el que más me ha impresionado. Era increíble.

¿Y el que más le costó marcar?

Rexach, tenía problemas cuando lo marcaba.

Pero era muy vago, ¿no?

Sí, pero muy técnico, Carlitos, muy buen amigo mío.

¿Qué les daba Di Stéfano?

Transmitía muchísimo al jugador. Tenía mucho carácter, pero también era muy cariñoso dependiendo del momento. Nosotros aprendimos muchísimo con él.

¿Cómo fichó por el Madrid?

Fui muy rápido. Era 1975 y estoy cuatro años y pico. El fichaje se fragua de una manera un poco especial. Conozco a Santiago Bernabéu (presidente del Madrid) en una cacería, a la hora de comer, en Almansa, después de la cacería. Hablamos de fútbol y me dijo: ´Juan, a ver si algún día puedes fichar por el Madrid´. Entre ellos, con Ros Casares (presidente del Valencia), ya lo habían hablado. El Madrid pagó 30 y tantos millones de pesetas.

¿Y no se enfadó la afición de Mestalla por que se marchara?

No, porque fue un poco de recompensa. Yo era feliz aquí y el público lo aceptó bien. El primer partido que volví contra el Valencia, la gente se portó fenomenal. Yo había cumplido una misión importante, muchos años jugando aquí. Todo se hizo bien.

La leyenda dice que en Motilla del Palancar se quiso volver.

No, tenía nostalgia del Valencia, pero la decisión estaba tomada.

¿Cómo fue su etapa en el Madrid?

Gané tres Ligas, pero tuve la mala suerte de caer lesionado en la última Liga. Tuve a Miljanic de entrenador, que fue quien pidió al Madrid que me firmase. Debuté con Miguel Angel o García Remón en la portería; en la defensa, yo, Pirri, Benito, Camacho; en el centro del campo, Del Bosque, Velázquez (pobrecito, ha muerto hace poco), Netzer, Breitner (al año siguiente vino Stielike); y arriba, Juanito, Amancio, Santillana, Roberto Martínez...

¿El Madrid era el equipo del Régimen?

No, estoy en desacuerdo. El Madrid era y es un gran equipo. En absoluto.

¿Notó mucho cambio del Valencia al Madrid?

El Valencia siempre ha tenido un equipo de nivel, y siempre muy considerado. Y muy temido por cualquier equipo grande, cuando yo jugaba en el Madrid, también.

Coincidió con la muerte de Franco. ¿Lo vivió de manera especial?

No, solo recuerdo que estuve en esa época en Madrid, cuando la Transición.

¿Cómo recuerda los 28 partidos en la selección española?

Y todos con Kubala. Muy feliz porque se jugaban pocos partidos en la selección. Kubala era muy afable, muy cariñoso, físicamente era un tío fuerte, entrenaba y jugaba con nosotros. Sobre todo buena persona. Teníamos un equipo fantástico, pero no ganamos nada.

Vuelve al Valencia en la campaña 79-81, gana dos títulos, la Recopa y la Supercopa de Europa, pero juega muy poco.

Ya no me encuentro bien. Me ficha el Valencia y le estoy muy agradecido porque me permite volver a casa, pero no volví en las condiciones adecuadas. Me habían operado de la rodilla.

¿Es la secuela que todavía arrastra?

Arrastro muchas secuelas, porque estoy operado de la espalda, de la cadera, de la rodilla...de todo un poco. Cojeo un poco bastante. Me retiro muy pronto, a los 32 años. y empiezo a hacer trabajos míos, en tema de la joyería. Me empieza a gustar la joyería. Después estoy siete años de representante de los relojes Breitling.

¿Y esa medalla de oro que lleva en el pecho?

Esa medalla es de mi madre. Es de oro. Está su nombre por detrás.

¿Cómo fue su etapa de delegado del Valencia?

Fui feliz. Estaba en el campo con los jugadores. Te sientes un futbolista más. Era un cargo fantástico, que iba muy bien a mi forma de ser.

¿Cómo es esa forma de ser?

Es difícil que la gente hable mal de mí. Siempre he sido así, afable, cariñoso, nunca he tenido ningún problema. Ahora tenemos un delegado fenomenal, Voro, y veo lo feliz que es. Hace falta ese buen carácter, aunque a veces tienes que sacar a relucir tu genio. A Voro lo quiere todo el mundo y estará ahí el tiempo que quiera.

Usted estuvo ahí hasta 2001. La Federación expulsa al Valencia de la Copa pese a ganar 0-1 al Novelda por alinear a cuatro extranjeros (con Benítez en el banquillo, Sol no advirtió que con la entrada del rumano Serban se juntaban cuatro extracomunitarios en el campo: Ayala, Aimar, Djukic y Serban).

Son cosas que pasan y yo decidí apartarme de ese cargo de delegado. Pero viví una etapa muy bonita de éxitos. Y ahora vuelvo a estar aquí.

¿Cuál es su trabajo ahora de consejero del Valencia?

Hago un poco de todo. Asisto a las peñas, viajo con el equipo, acudo a los entierros si hay algún fallecido....

¿Cómo es su relación con Peter Lim?

Me parece una persona muy sencilla, y ha sido bueno con nosotros, sin ningún problema.

¿Y los cinco años de ojeador en el Chelsea?

Es la época de Silva, de Villa, de todos esos jugadores a los que yo controlaba. Frank Arnesen (exmediocampista danés del Valencia) era el director deportivo del Chelsea y me llamó para hacer esto. Aunque al final no se llevó a ningún jugador..

Aparte de jugar al fútbol, ¿qué es lo que más le ha gustado hacer?

Jugar a pelota a mano, he jugado mucho. Mi padre, Vicente Sol, fue profesional y jugó en la época de Atano II, el Messi de la época en la pelota a mano.