Peter Lim celebró ayer su 63 cumpleaños, aunque los cumple el sábado, rodeado de amigos y con una tarta adornada con el escudo del Valencia, pero todavía no ha decidido quién será el próximo entrenador del club de Mestalla. Se toma su tiempo. El dueño del club quiere reflexionar y evaluar hasta el más mínimo detalle antes de tomar una decisión trascendental, por mucho que el valencianismo esté muy ansioso por conocer al nuevo técnico del Valencia. En la cena de anoche, en el centro de Singapur, Lim compartió mesa con el director deportivo, Suso García Pitarch, con el todavía entrenador, Pako Ayestarán, y con el exjugador Gaizka Mendieta, entre otros. Precisamente García Pitarch le ha pasado un informe con varios candidatos a entrenar al equipo, el primero de los cuales es Pako Ayestarán.

Al contrario que en la pasada pretemporada, cuando el Valencia fichó alegremente y se gastó más de 200 millones, Lim quiere medir cada fichaje ahora como si fuera oro. No tanto por el dinero (74 millones para fichajes), sino por acertar en las contrataciones de futbolistas. El millonario de Singapur pone la prioridad para el nuevo curso en construir un buen vestuario integrado por profesionales comprometidos que le den una identidad al equipo. Ese ha sido, a su juicio, el principal problema del pasado ejercicio: un ambiente pernicioso en la caseta, con algunos futbolistas no del todo profesionales.

Lim recuerda una frase de su admirado Sir Alex Ferguson, exentrenador del Manchester United, cuando este le advirtió que, en un equipo, lo más importante es contar con un buen portero, dos grandes centrales, un mediocentro de garantías y un delantero resolutivo. El famoso pasillo de seguridad de Luis Aragonés. Justo lo que, salvo el portero, le ha fallado este pasado curso al Valencia.

100 millones son 100 millones

Después de la estabilidad económica en Mestalla, vendrá la deportiva, entiende el millonario de Singapur, que invirtió 100 millones de euros en diciembre pasado en la sociedad aunque, según Layhoon Chan, la presidenta del club, no hubiera sido necesario. Lo hizo, dice Chan, por darle más solidez al proyecto. 100 millones son 100 millones, vino a decir Lim por mucho que se trate de unas de las personas más ricas de Singapur. Lim posee muchas empresas, algunas más importantes que el Valencia, pero ninguna tan estratégica, de ahí la relevancia de acertar y hacerlo bien (si fracasa la dirección del club, el desprestigio para él será mucho mayor que en las otras compañías).

Lim dijo que no quiere ver sufrir a los aficionados, a las familias de los futbolistas ni tampoco manchar la historia casi centenaria del club de Mestalla. Respecto a la hinchada, el magnate apuesta por la internacionalización del mercado de seguidores. Es decir, el Valencia no debe cerrarse a los fans de su territorio natural sino buscar más allá, sobre todo en Asia, donde los seguidores chinos son incalculables.

El dueño del Valencia se mostró autocrítico en la cena de anoche, pidió paciencia y reconoció estar aprendiendo después de menos de dos años al frente de la entidad.

Amigos de Lim

La mesa principal de Lim estuvo también ocupada por el príncipe de Johor (un sultanato de Malasia) y por el director comercial del Valencia, Peter Draper. No había ninguna mujer, según la tradición china de separar a hombres y mujeres en las comidas de este tipo. La esposa de Lim, Charie, compartía mantel con otros invitados. Entre ellos, algunos empleados de las distintas empresas de Meriton y también amigos de toda la vida de Lim. Uno de ellos, Barry, recordaban los orígenes humildes del magnate y su ascenso social después de haber podido estudiar en Australia. Barry empezó vendiendo coches de lujo con Lim.

En la mesa de los futbolistas (Alcácer, Javi Fuego, Jaume, Ryan y Santi Mina), se ubicó Albelda, el exjugador invitado por la Liga de fútbol Profesional para promocionar en Asia el campeonato español. Lim estuvo afectivo con Ryan, el portero australiano, y con Mendieta, a quien conoce de su pasión por la Premier (jugó en el Middlesbrough). Apenas conversó, tres sillas alejada de la suya, con Pako Ayestarán. Al acabar la cena, los amigos de Lim le cantaron el cumpleaños feliz y Lim se quedó charlando con García Pitarch cuando ya Ayestarán y los jugadores habían abandonado el restaurante.

Visita a la tienda de Lladró

La expedición valencianista se presentó ayer en la tienda que Lladró tiene abierta en Singapur más de dos décadas. «Lladró y el Valencia son los mejores embajadores para Valencia», dijo la presidenta del club, Layhoon Chan. El embajador español en Singapur, Miguel Ángel Navarro, habló de tender puentes económicos (recordó la pujanza de ambos puertos) entre las dos ciudades.