Miguel Ángel Ferrer Martínez «Mista» (Caravaca de la Cruz, Murcia, 12/11/1978), llegó al Valencia CF en la temporada 2001, procedente de un recién ascendido Tenerife, club en el que coincidió con Rafa Benítez como entrenador y con el hoy técnico del Mestalla, Curro Torres. En el Valencia, jugó hasta la campaña 2006 (191 partidos: 50 goles) y logró dos Ligas (2001-2002 y 2003-2004), además de la Copa de la UEFA (2004) y de la Supercopa de Europa (2004), donde fue proclamado mejor jugador en una final inolvidable ante el Marsella en Goteborg. Tras despedirse de Mestalla, militó en el Atlético de Madrid y el Deportivo, y colgó las botas en el Toronto FC de la MSL. Tras formarse como entrenador, asumirá el reto la próxima temporada de dirigir al Juvenil A del Valencia, la «joya de la corona» de Paterna.

¿Se acuerda de su llegada al Valencia CF? Recuerdo que fue una presentación doble, junto a Marchena...

Sí, claro. Fue una jornada un tanto alterada. El día que llegué a Valencia Mendieta había comunicado que se iba al Lazio en una rueda de prensa multitudinaria, y el ambiente estaba un tanto raro. Se decía que la continuidad de Pedro Cortés estaba en entredicho y la presentación fue un tanto descafeinada porque toda la atención estaba puesta en eso. Recuerdo que llegué con Marchena, que venía de Portugal, y que nos presentaron a los dos juntos.

¿Con qué aspiraciones llegaba al Valencia?

Yo venía del Tenerife, de jugar en Segunda división. Mi idea era continuar creciendo y, si podía, tratar de consolidarme como jugador de Primera división. Llegaba a un equipo como el Valencia que venía de perder su segunda final de la Liga de Campeones consecutiva y era uno de los clubes de referencia en España y en Europa, al que todos los jugadores querían venir. Y estaba muy agradecido a Rafa Benítez, que estaba conmigo de entrenador en el Tenerife, por darme la oportunidad.

En el momento en el que usted llega, el Valencia viene de perder dos finales de la Champions, las figuras „Mendieta, Piojo, Farinós, Gerard...„ vuelan, hay mucha inestabilidad social y se habla incluso de que el equipo se va a Segunda. Pero al año siguiente se gana la Liga. ¿Hay alguna explicación?

Pues es una explicación muy sencilla. Había vestuario y unión. Y eso es básico para lograr el éxito. El Valencia CF venía de 30 años sin lograr el título, pero tenía un vestuario comprometido. No es que todos fuerámos amigos, pero dentro del campo se mataba por el compañero. Y eso, unido a que creíamos en nosotros, fue el gran secreto para explicar el éxito. Aquellos años nos marcaron para siempre. Pero tampoco lo tuvimos fácil, porque en la segunda temporada, vivimos un año de penitencia. Y Rafa Benítez nos recordaba todos los días que, sin ese doscientos por ciento en cada partido, éramos un equipo vulnerable.

El punto álgido de aquellos años, en los que el club vivió los momentos más laureados de su historia, fue la final de la UEFA ante el Marsella, en Goteborg. Usted tuvo un protagonismo especial.

Fue la noche que todo niño sueña. En la final ante el Marsella se me hizo realidad todo lo que había soñado muchas veces cuando era un niño. Me sentí el hombre más feliz del mundo. Y no sólo por eso, no fue exclusivamente por una cuestión personal, sino por hacer realidad también los sueños de mucha gente. Cuando volvimos de allí, en la celebración, ver las caras de felicidad de toda la gente en Valencia, lo que se celebró, cómo lo vivió la ciudad, toda la gente entregada.... Eso también te hace muy feliz.

¿Ese Valencia CF del doblete de 2004 murió de éxito?

El Valencia CF pasó a ser el equipo a batir y, en cierta medida, se puede decir que nada es eterno. La temporada empezó bien, logrando la Supercopa de Europa ante el Oporto en Mónaco, pero ninguno de nosotros fue capaz de mantener todo aquello y tocamos techo. Luego, el Valencia CF ha seguido compitiendo con los mejores, pero no se han logrado tantos títulos. Ahí es cuando realmente te das cuenta de lo complicado que fue aquello.

Del Valencia al Atlético, Deportivo y cerrojazo final en Toronto donde colgó las botas. ¿Cuándo se dio cuenta de que quería ser entrenador?

Cuando dejé el fútbol necesité oxigenarme durante un tiempo para saber lo que realmente quería hacer. Tras dejar el fútbol entré en la radio como comentarista y me di cuenta de que el fútbol me gustaba más de lo que yo pensaba. Me puse en contacto con la Federación, para los cursos de formación de entrenadores, y decidí empezar ese camino. Y tras la etapa de formación, comencé a realizar mis primeras cosas hasta llegar al Valencia CF como entrenador del juvenil B la pasada temporada.

¿Tenía claro que su destino era el Valencia CF? ¿Tiene sentido de pertenencia a este club?

Por muchos equipos en los que se juegue a lo largo de la carrera, un futbolista siempre se siente atado a un club. Y, en este sentido, yo me defino por el Valencia CF. Es mi casa. Aquí es donde me formé como jugador y este equipo me dejó marcado para siempre. Más que un club, el Valencia CF es una forma de vida. Un estilo. Una identidad. Yo creo que esa identidad de este club la hicimos aquellos años, la aprendimos, y ahora tratamos de trasmitirlas a los chavales como entrenadores.

Muchos de los jugadores de los años del doblete, Pellegrino, Baraja, Curro Torres, usted mismo... están entrenando ahora. ¿Se siete como uno de los «hijos» de Rafa Benítez?

Todos llevamos algo de Rafa Benítez dentro. Luego cada uno de nosotros le da su identidad propia. Pero los valores que aprendimos como jugador en aquel vestuario, tienes muy claro que son los que quieres trasmitir ahora, aunque luego le des tu toque personal.

Hemos hablado de Rafa Benítez, pero con quien se reencontrará la próxima temporada en el Valencia CF es con Paco Ayestarán, al que ya conoce de cuando era preparador físico, y ahora entrenará al primer equipo.

Sí, tengo una relación muy buena con él de cuando estuvimos juntos en el Valencia CF. He compartido mesa y mantel con él. Hay muy buena conexión y, además, tiene que haberla porque él es el entrenador del primer equipo y yo entrenaré al juvenil A del club. Tenemos la misma idea de lo que es el equipo y el club, eso es muy beneficioso, y a Pako lo voy a apoyar a muerte.

¿Con qué aspiraciones, ideas y objetivos llega al Juvenil A?

Pues con la intención de formar jugadores que puedan llegar al primer equipo del Valencia CF. Nosotros tenemos que trabajar lo mejor posible, estar en contacto continuo con los entrenadores del Mestalla y del primer equipo, y estar preparado para cuando se necesite echar mano de la cantera. El objetivo de la escuela es que se le reconozca una idea y una identidad propia. Un estilo de jugar al fútbol, de actuar dentro del campo, pero también de entender la vida y de hacerlo fuera del campo.

Habla mucho de la identidad o la formación, pero también el Juvenil A tiene que ganar partidos que quizás es lo que este año se le ha echado un poco en falta porque ha quedado en la Liga por detrás del Villarreal, del Levante UD... Y no se ha jugado la Copa.

Sí, está claro. El objetivo es ganar partidos. A nadie le gusta perder. Tenemos que formar jugadores y que los futbolistas crezcan aprendiendo a ganar partidos. Que simplemente por el hecho de llevar un escudo en la camiseta no se ganan los partidos. La labor de los entrenadores va mucho más lejos que la de ser un simple alineador de jugadores. Es un poco labor de conductor de grupo, de inculcar valores que les sean útiles en la vida, y que hay que trabajar a diario para que luego lleguen los objetivos.

¿Qué tal se lleva con Alesanco?

Pues es una persona que ha demostrado ser muy cercana a nosotros. Tenemos una buena relación y mantenemos el contacto habitual. Nos deja trabajar y todo eso es beneficioso.

¿Siente como un premio o como un ascenso pasar de entrenar al juvenil B a hacerlo con el A? Es una gran responsabilidad porque hablamos de «la perla de la cantera»...

Para mí es una responsabilidad y un premio a la vez porque entiendo que las cosas se están haciendo bien y que se han logrado los objetivos marcados.

¿Ve futuro en la escuela? ¿Hay jugadores con potencial como para llegar al primer equipo del Valencia CF?

Sí, sin duda. Te diría que hasta cinco o seis de los que están ahora en el juvenil llegarán al primer equipo. No te quiero dar nombres, por una cuestión de respeto a los chavales, pero soy totalmente optimismo porque hay muchísimo potencial en la cantera. Ya te digo que hay cinco o seis jugadores que estarán fijo, si les respetan las lesiones, en Primera División. Hay una generación muy buena. Ahora hay que trabajar bien con ellos para que lleguen.