­Los caminos del Valencia y Luis Carlos Almeida Da Cunha «Nani» (Cabo Verde, 1986), parecen cruzarse en el momento oportuno. El club de Mestalla, en la travesía por el desierto que le espera con una temporada sin Liga de Campeones y sin grandes expectativas financieras, tiene la oportunidad de firmar a un futbolista de renombre internacional, uno de los pocos ganchos mediáticos que ofrece el mercado. Por otro lado, el Valencia es para Nani un club atractivo, de la clase media alta europea, desde el que desafiar esa versión extendida de futbolista de grandes condiciones pero irregular, que no ha sabido seguir la senda abierta por Cristiano Ronaldo. Mestalla es el último tren para que Nani rehabilite su prestigio.

Dos razones han empujado al Valencia a pujar por Nani. Además de cubrir el hueco dejado por Sofiane Feghouli, su precio hasta que acabe junio se ajusta a las posibilidades del club (8´5 millones de cláusula). Por otro lado, su papel en la Eurocopa reduce el escepticismo. En Francia se está viendo a un futbolista maduro, sin tantos altibajos en su rendimiento. Indiscutible para Fernando Santos (solo Ronaldo, Figo y Fernando Couto acumulan más internacionalidades que él), está solucionando con versatilidad uno de los déficits históricos del combinado portugués, como es el centro de la delantera. Los números son positivos. Nani lleva dos goles, ambos decisivos ante Islandia y Hungría, y participó del decisivo gol para eliminar a Croacia en octavos con una medida asistencia a Cristiano.

Camino incompleto

El fútbol se ha quedado esperando la eclosión definitiva de Nani. Criado en una cantera de prestigio como la del Sporting de Portugal, su aparición fue casi contemporánea a la de otros talentos como Cristiano Ronaldo y Ricardo Quaresma. En pleno fervor de relaciones entre Jorge Mendes y el Manchester United, Nani aterriza en Old Trafford en 2007, a razón de 25 millones de euros. «Muchos pensábamos que su progresión podía ser la de un futbolista top, y acercarse a la evolución fantástica de Cristiano Ronaldo. Condiciones tenía y su llegada al United, donde contó con la paciencia de Ferguson, lo confirmaba. Pero su irregularidad le impidió ser tan competitivo como Cristiano», afirma a Levante-EMV el periodista portugués Nuno Martins.

En Manchester se vio a un jugador explosivo por banda, capaz de desequilibrar partidos con velocidad, regate, disparo y buena frecuencia goleadora. En la campaña 2010/2011 anotó 9 tantos y también marcó uno de los penaltis en la final de la Liga de Campeones en Moscú ante el Chelsea tras salir en la prórroga. La irregularidad fue comiéndole terreno en el United, junto con algún capítulo extradeportivo como una pelea con el juvenil Davide Petrucci. Tras ir perdiendo protagonismo paulatinamente con los «diablos rojos», en 2014 fue cortado por Louis Van Gaal después de una corta pero tensa convivencia estival, antes del inicio del campeonato. El refugio fue Lisboa, el Sporting. En su casa pudo oxigenarse y firmar grandes partidos, sobre todo en Europa. Marcó 7 goles sin superar una irregularidad que le llevó a acumular 12 tarjetas amarillas. La campaña pasada fue recibido entre vítores en el Fenerbahçe, que pagó 6 millones. En Estambul vio portería en 8 ocasiones y fue titular en 25 partidos de Liga. Mestalla le ofrece una última oportunidad.