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El guapo

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Se hace hipérbole de lo que supone sentimentalmente la venta de André Gomes al Barça, pero apenas es comparable con traspasos capitales años antes, ni tan siquiera el de Otamendi, porque Gomes, más bonito que bueno en versión frívola, más potencial que bagaje en versión técnica, no tuvo en el Valencia la enjundia suficiente como alcanzar categoría de referente. Tal es así que Tele5 sintetizaba el paso de André con una frase estratosférica: «tuvo que lidiar con la afición del Valencia». Fin.

La venta de Gomes, en cambio, sí constata un puñado de cosas fácilmente imaginables antes del traspaso. Cada vez que un medio de prensa viste a un jugador VCF con la camiseta del Madrid€ termina fichando por el Barça. «André se irá al Madrid por la amistad de Lim con Cristiano», se aseguraba en Barcelona. En un giro de los acontecimientos convendría que de vez en cuando acabarán quedándose en el Valencia.

La venta de Gomes constata la resignación popular ante la venta continúa de los mejores jugadores. Si hubiese sido otra directiva quien vendiera a Gomes o a Otamendi, haríamos recriminación de su falta de ambición, de la poca voluntad por ensamblar un equipo fuerte, la poca rebeldía ante la inercia de vender lo mejor que tienes a las primeras de cambio. Con Lim, en tantos extremos, vence la impotencia de confirmar que es lo que hay.

Evidente que los predecesores de Lim en la propiedad también hubieran terminado por vender a Gomes (en el actual contexto deportivo es muy difícil retener a un jugador de su potencial), la diferencia son las fantasías proyectadas en torno a la intención de los nuevos dueños de venir precisamente para evitar que cada verano el Valencia tenga que vender los mejores muebles del salón.

¿Es pronto para poder evitarlo?, ¿la temporada aciaga ha provocado tener que vender aunque no estuviera en los planes?, ¿en el futuro se les retendrá porque el Valencia podrá aspirar a más? De buenas intenciones estamos atiborrados. La lectura, momentánea, es que como ayer el club debe traspasar a las primeras de cambio a quienes mejores trazas apuntan. Puede incluso que porque ésa sea su actual razón de ser€ La de André es una operación de manual en el universo Mendes. Traído para revalorizar a una buena promesa y vendido poco después con maravillosas plusvalías. Jugada perfecta.

La venta de Gomes constata que el Valencia para asuntos capitales es un club mudo, con unos responsables que no ven oportuno ni tan siquiera explicar por qué se tuvo que vender, ni tan siquiera insuflar energías asegurando que vendrán recambios de garantía€ Quizá todos entenderíamos „¡hasta nosotros!„ que se justificara razonadamente la venta en el marco del no acceso a la Champions. Pero de nuevo las explicaciones las dan otros por él.

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