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Entrevista

Martín Montoya: "El Valencia ha esperado por mí y no le defraudaré"

A sus 25 años, Martín Montoya llega al Valencia para cobrarse una vieja cuenta que mantiene con el fútbol, como es consolidarse en un equipo grande

Martín Montoya atendió a Levante-EMV en el hotel Crowne Plaza de Marlow. ignacio hernández/sd

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Educado en la excelencia de la Masia desde los 9 años, Martín Montoya llega al Valencia decidido a abrirse un hueco en la éliteCon la infatigable imagen de Carles Puyol como referente, el lateral quiere superar la intermitencia de sus épocas en el Barcelona y la frustrante cesión al Inter. Montoya se siente con ganas y su medio año en préstamo en el Betis lo ha reactivado.

¿Cómo se ha visto en estos entrenamientos y en los primeros minutos?

La verdad es que muy bien. La gente me ha acogido muy bien. Todos, sin excepción. El entrenador, el staff, compañeros que ya conocía, también los nuevos. Es un gran vestuario.

¿A quién conocía con anterioridad?

Ya había coincidido con Parejo y con Rodrigo, en las inferiores de la selección, aunque no somos de la misma quinta. Con Rodrigo sí, coincidimos en el Europeo sub'19 y en el sub'21, y con Parejo estuve en el Europeo sub'21 de Dinamarca pero él tiene dos años más que yo.

¿Qué equipo se ha encontrado, a pesar de que no lleguen los resultados?

Me he encontrado un equipo unido, un equipo muy alegre y al mismo tiempo trabajador. Los compañeros son geniales.

¿Le ha sorprendido el nivel de algún compañero?

Han pasado pocos días, poco tiempo para quedarme con detalles en particular. Habrá tiempo, pero este es un muy buen equipo, eso sí que lo he visto.

Su historia con el Valencia parece la de un viejo amor. Hace años que se le quería fichar...

El Valencia ya llevaba mucho tiempo detrás de mí, es cierto, ha esperado mucho tiempo y no le defraudaré. Me consta que hace años que se han interesado por mí. Al final supe que este año sí saldría seguro y de nuevo el Valencia estaba esperándome otra vez. Han sido un par de meses antes de que todo se concretase.

Ya era casi cosa del destino.

(Risas) Pues sí, al final tenía que llegar el momento.

Y Jordi Alba acabó por convencerle...

Hablé con él y sí, muy bien. Me dijo que iba a estar como en casa, que la gente del club se porta muy bien, también la afición, la calidad de vida de la ciudad. Me hizo un informe muy completo.

¿Qué le supone a usted, como reto, venir aquí?

Es un reto importante que llega en un momento ideal. Lo afronto con muchas ganas, vengo a sentirme querido. A nivel colectivo hay que intentar devolver el equipo a la Liga de Campeones, que es lo que se merece el club. Se viene de un año muy duro para el valencianismo y hay que darlo todo para lograr ese objetivo primordial.

A nivel personal, la oportunidad perfecta para consolidarse por fin en un grande.

He estado en equipos grandes, pero me ha faltado continuidad para consolidarme. Pero vengo a otro gran club a intentar conseguirlo. Quiero hacer las cosas bien para trabajar al máximo y conseguir todo lo que nos propongamos entre todos.

La media temporada en el Betis le ha reactivado.

Me ha permitido entrar de nuevo en calor. La verdad es que la experiencia ha sido muy positiva. Lo jugué casi todo menos tres partidos por lesión. Volví a sentirme jugador, a sentirme importante, a tener minutos y experiencia. Justo lo que me faltaba.

¿Por qué fue tan mal su cesión al Inter?

Fue una época mala. El entrenador[Mancini] es al final el que decide y no contaba conmigo. No tuve más remedio que marcharme y fue al final una buena decisión porque disfruté con el Betis.

Cancelo, su competidor, tiene una vocación muy ofensiva. ¿Usted cómo se definiría?

Soy un lateral que me gusta ser ofensivo, subir la banda, crear ocasiones. Pero con los años he ganado en nivel defensivo. De jovencito me gustaba subir la banda, sin preocuparme por defender. Pero ahora prefiero estar centrado en defensa, que no me superen, que no me ganen la espalda. Y en ataque, claro, crear oportunidades.

¿Qué le han pedido Ayestarán y García Pitarch?

El Valencia me ha pedido que sea el Martín Montoya trabajador, el Martín Montoya que tenga hambre y mucha ilusión ante el reto. Con el apoyo de toda la gente intentar estar arriba.

Desde los 9 años en la cantera del Barça. ¿Qué supone crecer en esa escuela?

Es una cantera que todo lo basa en el balón, en jugar la pelota. Es la principal idea que te inculcan. En el Barça lo que se come y se respira es el balón, querer jugar desde atrás, crear el máximo número de ocasiones posible, respetar siempre el balón. Eso es lo que te inculcan.

¿Ha habido compañeros que le hayan marcado especialmente?

Muchos de ellos, sí. Pero quizá con el que más me he fijado es con Puyol. Un capitán referente, una persona increíble, que te ayudaba en cualquier momento, en las buenas y en las malas. Ha sufrido lesiones y ha tenido momentos realmente jodidos en su carrera, pero no por ello no dejaba de animar a sus compañeros. Era uno más, uno de esos capitanes de la vieja escuela.

¿A nivel de entrenadores qué impacto tienen figuras como Guardiola o Vilanova?

Los dos son responsables de la época dorada del barcelonismo. Han convertido al Barcelona en el mejor equipo del mundo y eso no se olvidará nunca. Son personas que marcan y dejan huella, más allá incluso de los títulos, por su personalidad.

¿Hay muchas diferencias entre el vestuario del Barcelona y el del Valencia?

No, para nada. Sí que es cierto que en Barcelona estás rodeado de los mejores jugadores del mundo y eso comporta presión. Pero a nivel humano todos los vestuarios se parecen, son buenos, todos los jugadores son humanos y nos llevamos bien.

¿A qué pilares se aferra un jugador para soportar mejor la presión de este negocio?

Mi pilar básico es la familia. Me han apoyado en todo, lo siguen haciendo. Siempre me gusta decir que la familia es la gente que te quiere de verdad, están para las buenas y las malas, para resguardarte siempre.

¿Cuál ha sido su mayor momento de flaqueza, en el camino a ser futbolista?

La muerte de mi madre fue un momento muy duro. Para un futbolista y para cualquier persona, que se te vaya quien más quieres es horrible. Esa misma semana, tras el entierro, debuté en el Barcelona B en un partido contra el filial de Osasuna. He sufrido mucho, lo he pasado muy mal. Pero la vida sigue y hay que trabajar, seguir con los tuyos. Con mi padre, con mi hermano, con mi mujer, con mi hijo que son los que te quedan y debes mirar hacia arriba por ellos. Quiero vivir con ellos todas las emociones posibles.

¿El fútbol implica muchas renuncias?

Sí, sobre todo cuando tienes una experiencia como la mía de jugar desde bien pequeño en un club como el Barcelona. Renuncias a tu adolescencia. Recuerdo que en mis dos primeros años en la Masia, me iba con mi madre nada más acabar el colegio, de Viladecans a Barcelona, cada día. Cogíamos metros, autobuses. Y prácticamente hasta que tienes 18 ó 19 años. Era colegio y fútbol, sin mucho tiempo para nada más. Me hubiese encantado al acabar el colegio quedarme a jugar con mis amigos en la plazoleta. Pero todo trabajo tiene su recompensa y poder dedicarse al fútbol es un privilegio.

Para acabar, un pronóstico de cómo va a ir el año.

Pues nada. Volver a la Liga de Campeones y sentirme querido en este club. Todo lo que llegue de más, mucho mejor.

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