O el propietario del Valencia CF y su dirección deportiva aprietan el acelerador o el panorama no invita al optimismo. A falta de dos semanas para que se inicie la Liga la plantilla aún está por hacer, las lagunas son enormes y la falta de planificación es evidente. El equipo sigue teniendo errores groseros en defensa, al centro del campo le falta claridad y delante se fallan más ocasiones de lo deseable. Preocupante teniendo en cuenta que anoche el rival era un combinado de la liga nigeriana que, como otros rivales de la presente pretemporada, le sacó los colores.

Así las cosas, es lógico que Ayestarán diga que antes de marcarse objetivos hay que definir la plantilla. Samper, muy cerca de fichar, no es suficiente. Hace falta más y pronto.

El primer tiempo no fue muy diferente a otros partidos de pretemporada: un Valencia CF que intentó mover la pelota en el centro del campo y jugar con criterio, donde destacó el desparpajo y la personalidad de Álvaro Medrán y la presencia física de Enzo Pérez, con un Parejo que estuvo más apagado. Pero también con errores en defensa que propiciaron el gol del combinado africano. Por desgracia, nada nuevo.

Gol de Medrán

Los de Ayestarán comenzaron bien y en el minuto 10 un centro de Gayà, muy activo por su banda, lo cabeceó Medrán al fondo de la red, el segundo gol del joven centrocampista este verano.

El Valencia había abierto la lata de un equipo que solo proponía un fútbol defensivo y poco más. Pero en esta tómbola defensiva de los de Ayestarán, cualquiera que compre un solo boleto tiene premio casi asegurado. Así, un córner muy mal defendido y rematado con un fallo garrafal de Ryan permitió que Osadiaye marcara el empate.

En el segundo tiempo, el Valencia CF comenzó con nuevos bríos, con una banda derecha incisiva con Cancelo y Fede Cartabia, pero con el paso de los minutos el partido se fue haciendo más anodino. Menos mal que otra genialidad de Medrán fue convertida en gol por Rodrigo.

El Valencia CF maquilló el marcador pero las carencias no las pudo disimular ni con una tonelada de pintura. Medrán no es suficiente.