El Valencia es una plantilla cogida con pinzas y cualquier percance se convierte en un gran problema sobre todo si afecta a la defensa. La lesión de Ezequiel Garay en el entrenamiento de ayer (microrrotura en el bíceps femoral de la pierna derecha, tres semanas de baja) conmocionó al valencianismo ante la inminente marcha hoy a Bilbao para enfrentarse mañana al Athletic en San Mamés (16.15) en la cuarta jornada de Liga. Garay había estado trabajando toda la semana con el técnico, Pako Ayestarán, junto al otro central titular, Mangala, cómo parar la fortaleza aérea del conjunto de Ernesto Valverde.

Su sustituto, previsiblemente, será el brasileño Aderlán Santos, habida cuenta de que Abdennour está en fase de recuperación desde que regresó con una lesión muscular de un viaje con su selección (Túnez). Otro recambio habría podido ser el centrocampista Enzo Pérez, central con Ayestarán el curso pasado en la visita al Bernabéu, pero no estará presente en San Mamés debido a la sanción que cumple tras haber sido expulsado en el anterior partido de Liga frente al Betis.

La lesión de Garay, de 29 años, deja al descubierto una planificación de la temporada hecha deprisa y corriendo, con el fichaje de los dos centrales supuestamente titulares (Garay y Mangala) a pocas horas del cierre del mercado estival, el pasado 31 de agosto, con dos derrotas ya en la mochila (ante Las Palmas y Eibar), y sin haber podido dar salida a dos centrales con quienes el club no cuenta desde finales de la pasada campaña: Abdennour y Aderlán Santos.

Pese al varapalo de las tres derrotas en las tres primeras jornadas de Liga, Ayestarán quiere mantenerse fiel a sí mismo y perseverar en la misma idea de juego ante el trascendental choque de mañana en San Mamés ante un equipo muy especial para él: su madre, Visitación, de 83 años, es hincha del Athletic (antes del verano, Txingurri Valverde le trajo una camiseta del Txopo Iribar firmada por todos los jugadores rojiblancos. Visitación tenía una tienda de ultramarinos en Beasain. En el escaparate, ponía dos gatos de madera vestidos de rojiblanco y, según la posición, el viandante sabía si el club rojiblanco había ganado o no). A Pako, sin embargo, le tiró más la Real Sociedad y sufrió, a los 15 años, un gran desengaño al no superar las pruebas de la cantera realista.

«Se puede defender bien a partir de atacar con la pelota», dijo en una entrevista en este periódico antes del verano Pako Ayestarán, en referencia a una de las máximas de Pep Guardiola. Esa es la idea que sigue defendiendo Pako a pesar de que el equipo ha recibido ocho goles en tres partidos y ha evidenciado fragilidad en el funcionamiento colectivo. Ya no se trata tanto de las carencias indivisuales de los centrales, como sucedió en las dos primeras jornadas con Abdennour, Santos y Vezo, sino del mal funcionamiento defensivo de todo el equipo.

Munir y dos más

Los 27 excelente minutos de Munir la semana pasada ante el Betis (pese a la derrota 2-3) le abren la puerta de la titularidad como única referencia atacante. En realidad, es el único nueve de la plantilla (otra incoherencia en la planificación deportiva). A su lado, tres candidatos (Nani, Mina y Rodrigo para dos puestos) mientras el trío del centro del campo se inclina por Mario Suárez, Parejo y Medrán, si bien Suárez reconoció el pasado jueves a Superdeporte que, ante el Betis, jugó el peor partido de su carrera.