El idilio de Singapur, retratado por el fotógrafo del VCF, Lázaro de la Peña, en mayo pasado, se ha roto. Pako Ayestarán, difuminado al fondo de la imagen, había convencido a todos en la estancia de cinco días en el pequeño país del dueño. Hombre enérgico, lleno de ideas, de citas y de anécdotas, muy suelto en el inglés aprendido en sus años como preparador físico del Liverpool campeón de Europa (2005), Pako se había ganado primero a la presidenta de la entidad, Layhoon Chan; después al director deportivo, Jesús García Pitarch; y finalmente al dueño, Peter Lim, e incluso a su esposa, Cherie, para dirigir al Valencia en las próximos dos temporadas. Después de ese viaje a las raíces del millonario hecho a sí mismo Peter Lim, todos los responsables del Valencia levantaron el pulgar hacia arriba, convencidos de que el entusiasmo desbordante de Pako, sus múltiples experiencias futbolísticas en España, Inglaterra, Israel y México, así como su prestigio como eminencia de la preparación física, iban a ser suficientes.

Nada ha salido, sin embargo, como se había planeado. El primer mazazo fue la multa de 20 millones de la Comisión Europea al club por el préstamo avalado irregularmente por la Generalitat Valenciana; después llegó el afán recaudatorio de Lim, que vendió a los tres mejores jugadores (Mustafi, André Gomes y Alcácer) y recaudó en total 113 millones. A continuación, las tensiones entre entre el entrenador y el director deportivo en la planificación deportiva. Y, finalmente, los pésimos resultados y las divergencias en cuanto al estilo de juego como consecuencia de las cuatro derrotas consecutivas.

Ni un grito desde la grada

En cuanto a la forma de jugar, Pako no ha engañado a nadie. Dijo, desde el primer momento, que quería jugar al ataque, presionar en campo contrario e imponer su estilo. No lo ha logrado pero ha seguido insistiendo, siendo esa terquedad lo que ha molestado al director deportivo, partidario de un modelo más conservador, como lo fueron en su día Rafa Benítez o también Quique Sánchez Flores.

Pako, al menos, ha fenecido como entrenador del Valencia fiel a sus ideas, sin moverse ni un ápice de ese idealismo con el que quería conquistar Mestalla. Un público, por cierto, que fue paciente con él como no lo fue con sus predecesores: Nuno y Gary Neville escucharon los cánticos en contra de la grada. Pako se va sin un grito con contra de la gente.

Alesanco estrena la primera escuela china del VCF

El director de la escuela del Valencia CF, José Ramón Alesanco, ha viajado a Shangái para bautizar la primera escuela de fútbol del club de Mestalla en China, en la ciudad de Shanghái. La academia enseñará a jugar a unos 2.000 niños y niñas y estará coordinada por varios entrenadores del Valencia en colaboración de una empresa china. Esta nueva escuela tiene un valor estratégico para el Valencia primero porque se trata de un país de un enorme potencial económico como es el gigante asiático; y después por el dueño del club, Peter Lim, es de ascendencia china. Al acto inaugural asistieron la presidenta del VCF, Layhoon Chan, y el director comercial, Peter Draper.