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Off the record

Portería a cero

Portería a cero

Cesare Prandelli cumple hoy una semana como técnico del Valencia. De todas las entrevistas que ha concedido, de todas las compilaciones biográficas y semblanzas que le han escrito, de todos los entrenamientos que ha dirigido destacaría especialmente un momento clave: La sesión táctica en la que trabajó el sistema defensivo del equipo. Es toda una declaración de intenciones. Y, dicho sea de paso, un acierto.

En algún momento entre el doblete de 2004 y la derrota en Bilbao que provoco la destitución de Pako Ayestarán, aquí hemos perdido la perspectiva. En el fondo, puede que sea hasta lógico. Históricamente, Mestalla no ha gritado campeones tantas veces consecutivas en un periodo tan corto de tiempo. Aquellos cinco maravillosos años que transcurrieron entre La Cartuja y Mónaco quizá nos confundieron a todos. Ha pasado más de una década y seguimos varados en medio de una fase de transición que se eterniza. Un viaje hacia ninguna parte que convierten en perpetuo gestiones deportivas como la llevada a cabo por los señores y señoras de Meriton.

No pretendo venderles humo. No lo tenemos fácil. Con un máximo accionista que ejerce a través del mando a distancia y sin ningún tipo de conocimiento, encontrar el camino es una lotería. Pero, con tanto cambio de entrenador, alguno tiene que ser bueno. Se trata

de una simple cuestion estadística.

Si Prandelli prioriza el aspecto defensivo y convierte la portería a cero en el primer mandamiento del vestuario de Mestalla, aquí tiene un tifoso entregado a la causa. En la era del postureo parabólico, de los porteros que regatean fuera del área como si fueran Garrincha, de los carrileros largos y los mediocentros tocones, firmo ahora mismo que el Valencia gane 1-0 los próximos diez partidos sin jugar un pimiento.

Todas esas milongas de la presión en campo contrario, el acordeón y la defensa adelantada están muy bien para plantillas muy diferentes a la que, otro verano más, ha parido Jorge Mendes. Y todavía hay alguno que además le da las gracias por la ayuda.

No llevaba Prandelli ni cinco minutos en la ciudad y todo Dios ya daba por hecho un mínimo de tres fichajes en el mes de enero. Debe ser que el trabajo del superagente y la ¿dirección deportiva? del club no ha sido tan eficente. Especialmente curioso es el tema del delantero. Jesús Vicente García Pitarch aseguró que, fichado Munir, Ayestarán no quería otro nueve. Me pregunto entonces para qué propuso el director deportivo el nombre de Leo Ulloa el mismo día 31 de agosto, ante la sorpresa incluso de alguno de los componentes de la secretaría técnica. Guardati le spalle, Cesare.

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