No existe en ninguna otro gran campeonato europeo un equipo tan castigado desde el punto de penalti como el Valencia. Únicamente Hull City, Udinese y Metz, equipos de media tabla en sus países, se acercan al registro valencianista. El conjunto blanquinegro arrastra una estadística terrible desde los once metros. En solo nueve jornadas de Liga, ya le han decretado 6 penas máximas. Sale casi a penalti por encuentro. Solo la habilidad de Diego Alves, el mejor especialista mundial en ese arte, ha evitado que la cifra de tantos en contra sea mucho mayor. Y eso que, con 18 dianas encajadas, solo Betis, Osasuna y Granada han recibido más goles que los jugadores de Cesare Prandelli.
Dos ideas se desprenden de esta sangría estadística. La más palpable es el deficiente dispositivo defensivo del Valencia, que ha provocado hasta el momento tanto ocasiones de los conjuntos rivales como poca pericia y contundencia de la zaga a la hora de solventar las oportunidades de los contrincantes.
Por otro lado, el saldo desfavorable de penaltis revela el menguante respeto que, en parte, el Valencia, a diferencia de otros clubes de entidad, despierta en el colectivo arbitral. Al menos dos de los seis penaltis no deberían haberse decretado y tuvieron influencia en las derrotas finales del Valencia en dichos encuentros. Así pasó con la inexistente falta de Joao Cancelo en la jornada inaugural, en la pena máxima que supuso el 1-3 materializado por Jonathan Viera para Las Palmas (el duelo acabó con 2-4 final). En la jornada siguiente, el Valencia caía por 1-0 en Eibar por otro penalti que no debió señalizarse, por una mano involuntaria de Abdennour. Mat Ryan desvió el primer disparo de Pedro León, que llegó a tiempo al rechace ante la pasividad de la zaga visitante.
El resto de penaltis se podrían catalogar con el género infantil, bastante prescindibles. En Leganés Alves pifió un despeje y derribó al delantero pepinero. El meta brasileño se rehízo y detuvo el lanzamiento, clave para acabar ganando por 1-2. Contra el Atlético, ni las dos paradas desde los once metros de Alves evitaron el fácil 0-2 para el conjunto del Cholo Simeone. Ambas faltas eran claras. El empujón de Nani sobre Correa y la inocente falta de Mario Suárez sobre Griezmann.
Después de revisar ese partido y los precedentes, Prandelli diagnosticó que el Valencia defendía de forma desordenada y sin obedecer a una «idea común». En sus dos primeros encuentros en el banquillo valencianista, el equipo ha concedido menos ocasiones aunque, no por ello, ha dejado de provocar penaltis. Ante el Barcelona, la zancadilla de Abdennour sobre Luis Suárez no admitía discusión.
Los penaltis en contra de este año consolidan el liderato valencianista en otra clasificación: los blanquinegros son el conjunto al que más penas máximas le han pitado en toda la historia de la Liga. Un total de 368.
La estadística se puede entender por el elevado número de campañas del Valencia en Primera, y la mayor fortaleza de Real Madrid y Barcelona en defensa, pero también se detecta un mayor castigo a los valencianistas respecto a sus rivales en el mismo escalón histórico, Atlético y Athletic, en la pugna por la tercera plaza, y que no han concedido tantas penas
máximas.
