Seis días, dos partidos, bastan para definir las expectativas de toda una temporada. Lejos de Mestalla,ante el Deportivo y el Celta de Vigo, Galicia marcará la tendencia hacia la que apuntará el Valencia de Cesare Prandelli. O remontada para recuperar el terreno perdido y reforzar cerca de Europa el mensaje fresco instalado por el nuevo entrenador o, por el contrario, quedarse estancados en la zona peligrosa de la clasificación, diluido ya el efecto sorpresa.
La primera prueba llega esta noche en casa de un Deportivo de La Coruña en fase depresiva, en puestos de descenso pero a un solo punto del conjunto valencianista. Riazor es un estadio de recuerdo imprevisible para los valencianistas. Resultados dispares „derrotas contundentes, goleadas sencillas a favor„ y un ambiente siempre hostil, por el recuerdo imborrable de aquel penalti fallado por Djukic en la jornada final de la campaña 1993/94. Las estadísticas colocarían a los coruñeses como víctima propiciatoria de un Valencia que empieza a mostrar señales firmes de identidad y que anhela dejar por primera vez la portería a cero. Sin embargo, Prandelli no se fía de los registros que colocan al Deportivo como el conjunto menos goleador de todo el campeonato, con solo 6 goles, y solo uno marcado por un delantero.
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Al ánimo pesimista han contribuido las dos goleadas encajadas en las dos últimas jornadas, 4-0 y 4-1 ante el Barcelona y el Celta de Vigo, respectivamente. Con todo, el técnico italiano sabe que el Valencia está todavía en fase de convalecencia y no quiere mostrar signos públicos de relajación. De hecho, Prandelli seguirá aferrándose al «once» que ha ido moldeando en sus dos primeros encuentros, de un marcado perfil veterano, con el objetivo de reforzar automatismos y la idea de bloque. Por eso, los únicos cambios en la alineación serán los obligados por la lesión de José Luis Gayà. Martín Montoya, con experiencia como lateral a pierna cambiada, ocupará su lugar por la banda. Cancelo retrasará su posición de extremo a carrilero. Una opción que abriría la puerta de la titularidad a Munir El Haddadi, un valor al alza tras estrenarse como goleador ante el Barcelona. Otra alternativa, para no perder la baza de Cancelo como interior, sería cambiar el sistema un 3-5-2, con el que además se reforzaría la zaga para la defensa de las jugadas a balón parado, uno de los mejores argumentos de los blanquiazules (han marcado así cuatro goles) y donde todavía flaquean los blanquinegros.
Garitano sí planea cambios en su equipo de salida, con el regreso de Celso Borges, Luisinho, Moreno y Çolak, descarte técnico ante el Celta. La única baja con la que afronta el partido el técnico deportivista es la de Joselu Mato.
