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Poca autocrítica

Sin ideas ni hoja de ruta

La presidenta y el director deportivo se refugian en la actitud de los jugadores, pero ofrecen soluciones difusas

«Commitment (compromiso)», fue la palabra más repetida por la presidenta, Layhoon Chan, ante la mirada incrédula de los periodistas y la abnegada de los fieles y empleados llamados a filas por el club: Prandelli, Alesanco, Giner, Arias y hasta Vicente Rodríguez. Compromiso de unos jugadores, como intencionadamente recordó Layhoon, que son los cuartos mejor pagados del campeonato tras los del Madrid, el Barça y el Atlético. El rendimiento en el fútbol, sin embargo, no siempre responde al dinero. Y si esta plantilla no rinde es por muchas más razones: las piezas no encajan, la ausencia de un especialista defensivo en el centro del campo y la de un goleador nato...

No conozco un futbolista que no quiera ganar, jugar bien y subir su cotización. Y si el Valencia ha detectado el problema en la falta de carácter de los capitanes (Parejo, Enzo y Diego Alves), debería abordarlo con valentía: buscándoles una salida digna y beneficiosa para ambas partes.

El club, en cambio, ha preferido las broncas de rueda de prensa como la de Prandelli en la víspera de la Real Sociedad, que fue la misma, según desveló Layhoon, dedicada ese mismo día por la propia presidenta a los futbolistas: «Hablé con los jugadores en los mismos términos». Y entonces, ¿a qué vino esa teatralidad de Prandelli si no hacía más que repetir las palabras de su presidenta?

El resultado, por cierto, se vio en Anoeta: 2-0 en 25 minutos. Si esperan que Parejo, cobrando 2,5 millones de temporada y habiéndosele cerrado la puerta el pasado verano, dé el primer paso... Falta cultura de club, claro, y más tras dejar marchar a Javi Fuego y a Alcácer en verano.

Los futbolistas, en estos casos, necesitan justo lo contrario: una entidad y, sobre todo, un entrenador que les dé soluciones y armas para salir de esta situación tan angustiosa. Calma. La presidenta parece no haberse dado todavía cuenta de que el equipo está en el fango y no va a salir redoblando la presión sobre los jugadores. Ésta no es una de sus empresas visitadas una vez cada 30 años por Peter Lim, como si el fútbol fuera equiparable a cualquiera de ellas.

«Soy Peter Lim»

Cuando ayer declaró «Yo soy Peter Lim», Layhoon obvió que su otro «yo» vendió a Alcácer en verano mientras ella afirmaba lo contrario. La falta de autocrítica contrastó con la debilidad de las ideas. Ni ella ni el director deportivo explicaron qué tipo de futbolistas se están buscando ni cuándo ni cómo van a llegar. Todo muy difuso, a expensas en parte del dinero de traspasos a quienes no se les invita a salir. Sin hoja de ruta a seguir y sin convicción.

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