«Puedo aportar las soluciones que necesita el Valencia». Voro González se siente capacitado y dispuesto para afrontar la vertiginosa tarea que supone salvar al Valencia de su actual desplome hacia Segunda división. El técnico, con el respaldo del club, ha aceptado dar un paso al frente y salir de la zona de confort que suponía su aportación puntual en cada crisis en Mestalla, en forma de milagrosa píldora de dos-tres partidos de duración. Voro asume que queda expuesto y que aumenta el riesgo de mantener vigentes sus estadísticas, casi sin mácula, pero ante ello antepone como hombre de club la responsabilidad del servicio al valencianismo: «La entidad me ha manifestado su total confianza», reconocía ayer (en la previa del encuentro de esta tarde contra el Celta de Vigo), para agarrar las riendas del equipo a largo plazo.

El preparador ha detectado que «a diferencia de ocasiones anteriores», en las que se le especificaba que su estancia en el banquillo iba a ser limitada, esta vez desde el club no se le ha acotado ningún plazo. Un reto que no le asusta: «Creo que puedo aportar soluciones que necesita el Valencia. Si no lo creyera, habría dicho que no desde el primer momento», señalaba ayer.

La faena se le acumula a Voro, que confesaba que en tres sesiones de entrenamiento apenas había tenido tiempo de ocuparse de temas tácticos y de pizarra, ya que la prioridad es la de recuperar la autoestima del grupo. La moral del vestuario está más tocada que en las anteriores ocasiones en las que se ha requerido su presencia: «Ahora tenemos menos tiempo y más piedras en la mochila», sostenía. En esa faceta psicológica ha encaminado sus primeros pasos y ayer, en sala de prensa, sus mensajes para reforzar el ánimo de la tropa fueron continuos, hasta el punto de enjuiciar, implícitamente, la versión del club de cargar la responsabilidad exclusiva da crisis sobre los jugadores: «No podemos quedarnos con eso. Creo que tenemos una plantilla para poder competir y salir de esta situación». En ese trabajo psicológico para restablecer todos los puentes derruidos en las últimas semanas por Cesare Prandelli en su relación con la plantilla, a Voro no le sobra ningún jugador, empezando por Dani Parejo. El capitán ha pasado de tener colgado el cartel de transferible y de tener el foco encima por sus salidas nocturnas a ser una pieza importante: «Parejo ha cometido un error y sabe lo que ha hecho y que debe aprender. Lo que tengo claro es que si fuera entrenador del equipo contrario me gustaría que no estuviera Parejo en mi rival. Es un jugador que ha aportado mucho y que si tiene que jugar es capaz de manejarse y jugar a la perfección».